Una lacra que aqueja a la humanidad es la corrupción. Un mal fácilmente perceptible tanto en el sector público, cómo en el sector privado; coexisten y se retroalimentan constantemente.
El volumen anual de sobornos en el mundo se estima en un billón de dólares. Según Naciones Unidas, la economía mundial pierde 2,6 billones de dólares anuales, por la corrupción; esto representa más del 5% del PIB global.
Para luchar contra la corrupción no es suficiente con el sistema legal, hoy en día, la tecnología, juega un papel cada vez más importante. Aquí le mencionare algunas prácticas tecnológicas anticorrupción:
Los Algoritmos de IA pueden ser programados para identificar patrones sospechosos de irregularidades en contratos públicos y transacciones financieras gubernamentales.
Las herramientas de IA pueden ayudar a garantizar que los procesos de licitación pública sean justos y transparentes.
Los sistemas de IA pueden monitorear en tiempo real, las actividades de los funcionarios públicos y las transacciones económicas gubernamentales y prevenir la corrupción.
Las plataformas de IA, pueden automatizar la presentación y el seguimiento de denuncias contra la corrupción, haciendo el proceso asequible, eficiente y practico; para beneficio de la sociedad.
Estos avances pueden prevenir la corrupción, en el sector público y promueven la confianza en las instituciones, generando una cultura de transparencia y rendición de cuentas. Mientras escribo estas líneas la unión europea desarrolla la primera ley sobre inteligencia artificial a nivel mundial.
En el sector empresarial, también se lucha contra la corrupción, utilizando medios tecnológicos, inteligencia artificial y robótica; entre otras iniciativas.
El control normativo empresarial, cada día se automatiza más y se vuelve complejo para luchar, por una sociedad más transparente;
Los siguientes, son ejemplos de lucha tecnológica contra la corrupción:
Los algoritmos de IA pueden analizar bases de datos para identificar “patrones sospechosos” que podrían indicar la detección de fraudes o corruptelas. Esto incluye, la revisión de transacciones financieras, contratos y otros documentos empresariales.
Los sistemas de IA pueden monitorear continuamente las actividades dentro de una empresa, alertando a los responsables de control cuando se detectan comportamientos anómalos tanto con proveedores o dentro de la empresa.
Esto permite una respuesta rápida y eficaz en la lucha contra la corrupción desde el sector privado.
La IA puede automatizar muchas de las tareas repetitivas involucradas en las auditorías, haciendo que el proceso sea más eficiente y menos propenso a errores humanos; la auditoria tecnológica debe establecerse de forma obligatoria en la pequeña y gran empresa.
Las herramientas de IA pueden ayudar a garantizar que las empresas cumplan con la legalidad y con los principios éticos empresariales, proporcionando informes de cumplimiento normativo exhaustivos.
Utilizando técnicas de “machine learning”, la corporación puede predecir y prevenir actos de corrupción antes que estos ocurran, apoyándose en datos históricos almacenados y procesados.
Estos son, algunos medios implementados por la inteligencia artificial en la lucha contra la corrupción.
No son las únicas tecnologías, capaces de luchar contra esta lacra; la tecnología de cadena de bloques o blockchain, es otro sector tecnológico emergente, que puede ser un aliado en la construcción de una sociedad transparente.
La blockchain es una tecnología que permite, crear registros digitales inmutables, descentralizados y transparentes de cualquier tipo de transacción o información.
La tecnología puede aplicarse a diversos ámbitos, como las finanzas, la salud, la educación, la energía, el comercio, la identidad y el voto ciudadano, entre otros.
La cadena de bloques puede ayudar a combatir la corrupción tanto en el sector público como en el privado.
Uno de los principales factores (léase malas prácticas) que facilitan la corrupción, es la falta de transparencia y rendición de cuentas… Cuando los funcionarios públicos o los actores privados pueden ocultar o manipular la información sobre sus actividades públicas, es más fácil que abusen del poder o de los recursos que administran.
La corrupción es la antítesis de la transparencia. ¡El corrupto jamás será transparente y no está interesado en mostrar transparencia frente en la colectividad! El corrupto se mueve en la oscuridad.
La blockchain puede ayudar y mucho a mejorar la transparencia y la rendición de cuentas, al crear registros públicos y verificables de los comportamientos y decisiones que se toman.
Por ejemplo: Puede usarse para registrar y auditar el gasto público, los contratos gubernamentales, las donaciones a campañas políticas, las licitaciones, el destino de los impuestos, entre otros.
De esta forma, se puede evitar el desvío de poder, el fraude institucionalizado, el soborno cometido por personas físicas o jurídicas, el tráfico de influencias y otras formas de corrupción dentro de la administración pública y de la empresa.
Además, blockchain puede facilitar el acceso a la información pública, al permitir que cualquier persona pueda consultar los datos registrados en la cadena de bloques, sin intermediarios ni barreras burocráticas.
Así, se puede desarrollar la participación ciudadana, el control social, y la cultura de denuncia y supervisión de las irregularidades; tanto en el ámbito público como en el ámbito privado.
Ahora bien, ¿Quién tiene el valor, la decencia y la ética suficiente para proponer estas medidas? La verdad, pocas personas están dispuestas a sacrificar su cuota de poder y “beneficio particular” de control “oscuro” para; auto controlarse… Hace falta gente valiente y decente políticos y empresarios, que actúen como verdaderos patriotas y que estén dispuestos a plantear una lucha verdadera contra la corrupción…
La tecnología puede ayudar, pero lo más importante; son ¡las personas con valores solidos!