Copán. Un hondureño que acababa de ser deportado desde Estados Unidos fue asesinado a balazos por dos sicarios a bordo de una motocicleta mientras se dirigía a reencontrarse con su familia en la comunidad de El Porvenir, municipio de Florida, Copán.
El fallecido respondía en vida la nombre de Nery Isabel Decíd Lemuz, de 29 años, quien había sido deportado el viernes anterior.
Tras permanecer varios días recluido en la granja penal de Santa Rosa de Copán, fue liberado y su familia acudió a recogerlo para llevarlo de regreso a casa.
Sin embargo, el trayecto se convirtió en una tragedia cuando fueron interceptados por los atacantes, quienes persiguieron el vehículo en el que viajaban y abrieron fuego.
En el ataque también resultó herida su madre, María Gloria Lemuz, de 54 años, a quien trasladaron a un centro hospitalario.
Este crimen resalta los riesgos que enfrentan muchos migrantes retornados, quienes tras su deportación se ven expuestos a las mismas condiciones de violencia e inseguridad que los obligaron a emigrar.
Contexto de las deportaciones
El retorno de migrantes hondureños ha sido una constante en los últimos años. En 2024, al menos 37,419 hondureños fueron deportados, según datos del Instituto Nacional de Migración (INM).
Lo que representa una disminución del 30.1% en comparación con 2023, cuando se registraron 53,561 deportaciones en el mismo periodo.
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A pesar de la reducción en las cifras, la falta de oportunidades y la violencia continúan afectando a quienes regresan al país.
Aunque el gobierno ha implementado programas de apoyo como «Hermano, Hermana, vuelve a casa», que otorga ayuda económica a los deportados, muchos exigen soluciones más concretas, como la generación de empleo.
Este asesinato es un recordatorio de la difícil realidad que enfrentan los migrantes retornados, quienes muchas veces son víctimas de la violencia que los obligó a abandonar Honduras en primer lugar.