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lunes, mayo 20, 2024

Aprenda a decir “No”

Por Enrique Zaldívar
2050 Comunicaciones

Creo que más difícil sería “Aprenda a aceptar un no” porque de allí viene la mayoría de las situaciones. Aprender a decirlo nos lleva la mitad de la vida. Aprender a aceptarlos, nos lleva la otra mitad.

He aprendido que la vida es una negociación en todo sentido y obtenemos lo que aprendemos a negociar. Warren Buffett, el famoso multimillonario norteamericano, reconoce que una de las mayores destrezas que le tocó desarrollar es aprender a decir no. Y lo plantea de manera simple: no puedo estar en todas partes, no puedo hacerlo todo, no puedo cargar con todo el trabajo.

El error que a mi criterio cometemos es que sentimos una enorme carga al tener que decir que no, cuando muchas veces, hacemos más grande el asunto pues, dimos un “Sí” que no podemos cumplir. Sabemos que no lo vamos a cumplir y nos comprometemos.

Muchos ejemplos de ellos. Imagínese una entrevista de trabajo donde le pregunten a la persona si sabe manejar situaciones de alto estrés. Y la persona responda: “No lo manejo del todo, pero puedo aprender”. Es una perspectiva totalmente diferente a que le digan que sí, y que en el momento de estrés la persona esté rota emocionalmente, pues no sabe qué hacer al respecto.

Si una persona tiene interés en usted y no desea que la esté molestando vía WhatsApp o redes sociales, nada nos cuesta decirle que “no” en lugar de ello se da el famoso “ghosting” (o persona que desaparece sin avisar) y terminamos bloqueando sin previo aviso al otro.

El gran problema es que no sabemos decir que no, de una manera que no suene pesado y no nos han enseñado a asimilar que en la vida es normal recibir “no”. Los libros de éxito o motivacionales nos dan títulos fantásticos de “Convierta su no en un sí”, o nos enseñan a no quedarnos con el no de un cliente.

Todo esto, nos lleva a una sociedad que ya no tiene palabra. En donde hay que confirmar mil veces las reuniones, o recordar la hora de llegada, pues no nos gusta comprometernos con nada, así lo hayamos hecho.

Tan fácil que sería decir “no puedo” o bien “no quiero”. ¿Por qué es importante desarrollar esta habilidad?, porque los negocios se mueven a la velocidad de la confianza. Pedidos, trámites, negocios, ¡Todo se vuelve más eficiente si hay confianza!

Nuestros abuelos nos enseñaban a respetar los compromisos que hacíamos “Pero usted dijo que iría… Así que ahora vaya”, me decían. ¡Tenía que honrar mi palabra! Y eso es lo que va creando en uno carácter. Pues el carácter y la disciplina es lo que nos lleva a hacer las cosas, así hayamos perdido las ganas de hacerla.

Ahora bien, ¿por qué nos cuesta tanto?, porque ahora todo es tan frágil, que creemos que no podemos rechazar nada ni a nadie. “No es bien visto” o “¿qué pensarán de mí?”, cuando humanamente sabemos que no podremos cumplir esa promesa.

Si alguien nos dice que no, y esperábamos un sí, tendemos a torcerle el brazo, a manipularlo hasta arrancarle un falso compromiso, que después nos mete en un problema más grande al no poder cumplirse.

Desarrolle el valor del compromiso. Sea de palabra. Si quedó a una hora, cúmplalo. Si dijo que haría algo, ¡hágalo! Una persona así es un gran ejemplo para las nuevas generaciones que nos observan. Y es altamente valorado en el mundo de los negocios.

Su palabra puede ser el más grande diferenciador en el mundo de los negocios. ¡Su reputación es oro puro!

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