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miércoles, marzo 19, 2025

Agorafobia

A veces sucede de repente, como le sucedió al escritor estadounidense Nathaniel Hawthorne, autor entre otras obras, de La Letra Escarlata, novela que fue llevada a la pantalla grande con mucho éxito y protagonizada por Demi Moore y Gary Oldman (muy recomendada, por cierto), quien un buen día decidió que ya no saldría más y se encerró a piedra y lodo en su casa bajo los cuidados de su madre, esto a la madura edad de cuarenta y tantos y por doce largos años.

Y no fue el único ni mucho menos. Greta Garbo, icónica actriz de época, luego varios años de viajes, producciones cinematográficas, presentaciones, promociones, rotundos éxitos de taquilla y demás, se alejó de la mirada pública para no regresar más.

George Harrison integrante del famosísimo grupo inglés The Beatles también lo hizo, desde entrada la década de los ochenta simplemente se refugió entre las paredes de su mansión inglesa de 120 habitaciones y muy pocas veces se le volvió a ver. Pero como siempre, no necesitamos irnos hasta el edén de las superestrellas para encontrar la conducta inadaptada.

Todos hemos conocido en algún momento a alguien que siente tanto terror de ponerse en una situación vulnerable que ha renunciado a cosas que para el resto de las personas son totalmente normales, rutinarias o comunes como conducir un automóvil, ir a un concierto musical, viajar en avión o simplemente salir de casa a hacer diligencias, solo.

Estas personas dejaron de vivir una vida normal por miedo a sentirse expuestos en situaciones de las no creen, podrían escapar.

La agorafobia es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por una sensación de angustia al tan solo pensar en encontrarse en espacios abiertos, rodeados de multitud de personas, por ejemplo.

La sola idea de no tener el control de la situación obliga a quien la padece a mantenerse donde está, a veces de manera indefinida si es que no se ocupa de buscar ayuda. Esto, como es de esperarse, se convierte en algo incapacitante e interfiere con su funcionamiento.

La recién vivida pandemia tampoco ayudó mucho y luego resultó que muchas personas se llegaron a sentir tan seguras dentro de sus hogares que cuando supieron que ya podían salir, optaron por no hacerlo, y siguen ahí.

En 1837 Hawthorne escribió a un amigo: “Me he recluido; sin el menor propósito de hacerlo, sin la menor sospecha de que eso iba a ocurrirme. Me he convertido en un prisionero, me he encerrado en un calabozo, y ahora ya no doy con la llave, y aunque estuviera abierta la puerta, casi me daría miedo salir”.

Emy James
Emy James
Emy James, psicóloga y Máster en Educación, escritora a nivel profesional. Trabaja en teatro y radio y es también docente.
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