Tegucigalpa. Durante la IX Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebrada este miércoles en Tegucigalpa, la presidenta de Honduras y saliente presidenta pro tempore del organismo, Xiomara Castro, instó a los países miembros a debatir el nuevo orden económico mundial, al que señaló como impuesto por Estados Unidos a través de políticas arancelarias y migratorias.
En su discurso, Castro llamó a que la CELAC se consolide como una herramienta de emancipación soberana, justicia ambiental y autodeterminación de los pueblos.
“No podemos salir de esta histórica asamblea sin abordar los temas que nos afectan, sin debatir el nuevo orden económico mundial que nos impone Estados Unidos con sus medidas arancelarias y su política de migración”, expresó.
La mandataria hondureña también condenó el embargo económico que desde hace más de seis décadas afecta a Cuba.
“Cuba no exporta terroristas, exporta maestros, científicos, médicos y dignidad”, subrayó.

Respaldo a Venezuela
Asimismo, mostró respaldo a Venezuela, a la revolución sandinista en Nicaragua, y defendió la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas.
También condenó la guerra en Gaza y abogó por la paz en Palestina, al tiempo que defendió el derecho de Haití a definir su destino sin injerencias externas.
Durante su intervención, Castro expresó su solidaridad con la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner.
A quien calificó como víctima del lawfare, y envió condolencias a República Dominicana por la tragedia ocurrida en una discoteca, que dejó más de 100 muertos.
La presidenta destacó que su mandato en la presidencia pro tempore no fue ceremonial, sino político, ante un contexto regional marcado por la fragmentación.
Señaló que durante su gestión se realizaron 16 reuniones de coordinadores nacionales, 12 encuentros ministeriales y una cumbre virtual de emergencia por el caso de la embajada de México.
CELAC “no es perfecta”
Aunque reconoció que la CELAC “no es perfecta”, afirmó que representa un sueño de integración surgido del ideal de los próceres latinoamericanos.
“La construcción de la patria grande es hoy más urgente que nunca”, afirmó.
En un tono crítico, cuestionó el rol de Estados Unidos en la configuración de un nuevo mapa económico mundial sin considerar a los pueblos de la región.
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Rechazó el modelo neoliberal y denunció sus efectos en la región: “ha vaciado nuestras economías, endeudado nuestros países y privatizado los servicios públicos”.
Castro abogó por que la CELAC sea respetada como una zona de paz, libre de guerras, y reiteró su llamado a fortalecer la unidad latinoamericana y caribeña frente a los desafíos comunes.
En su mensaje de despedida, recordó su llegada al poder tras 12 años de lo que calificó como “narcodictadura” en Honduras.
Asimismo, destacó avances en reducción de la pobreza y la violencia, además de mejoras en los indicadores macroeconómicos del país.