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domingo, febrero 16, 2025

Una mujer rara

La palabra “raro” se usa para describir algo que es inusual o fuera de lo común. Puede referirse a algo que no es frecuente o que se aparta del promedio o de lo esperado.

Puede usarse para referirse a algo que es peculiar, como una prenda de ropa, una costumbre o incluso una persona. Por ejemplo, si alguien hace algo inesperado o tiene una actitud poco común, podrías decir que esa persona es “rara”.

El problema es que la mayoría de las veces usamos dicha palabra de manera despectiva, peyorativa o con discriminación hacia alguien, acompañada de un gesto desagradable, tal cual arrugón de cara.

Una mujer puede ser rara porque no sigue los caminos rectos que otros trazaron para ella, porque no se conforma con lo establecido, porque tiene un alma libre que se le escabulle a los patrones sociales.

Ella no mide su valor por los estándares convencionales, sino por la autenticidad de sus deseos y sus metas. Una mujer rara no tiene miedo de ser vista como peculiar, porque comprende que lo que la hace diferente la hace única.

Ella sabe brillar con luz propia y no lleva la vida de nadie porque tiene suficiente con la de ella. Sus pensamientos suelen hacer ruido ante los demás, porque son mujeres que solo ellas y unos pocos entienden su armonía.

Podemos mencionar algunos ejemplos, mujeres que son solteras por elección, que posponen la maternidad, mujeres que rechazan los roles tradicionales en su vida profesional, algunas de ellas eligen una vida menos centrada en la apariencia física y se alejan del estereotipo de una belleza estilizada, mujeres que deciden no tener hijos, etcétera.

Muchas veces son atacadas por su forma de ser y algunas suelen tomar una postura ruda para defenderse de los comentarios fuera de lugar que reciben.

Sin embargo, ser una mujer rara, no debe ser una excusa para imponer su individualidad, sé que a veces cansa estar explicando a todos, tus decisiones o forma de ver la vida, pero quiero decirte que la verdadera rareza no aplasta, ni pretende ser una especie de superioridad, que ve despectivamente la forma en que piensa un grupo.

Si eres una mujer rara puedes también demostrar comprensión, ya sabes que no serás aceptada a la primera, intenta defender tu criterio desde una trinchera de paz y sigue lanzando tus ideas de libertad.

No permitas que la belleza de tu diversidad se opaque por lo testaruda que sueles ponerte en defensa de un tema.

La rareza no se trata de excluir, de señalar con desdén lo común, sino de abrazar nuestras diferencias sin perder de vista que todas las personas tienen su propia historia.

La libertad de ser rara debe coexistir con el respeto de la rareza ajena. Una mujer rara es una revolución en movimiento, que la acompañan personas también valientes que gritan con ellas “Si”, cuando el mundo grita un “No”.

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