Tucson. Un equipo de investigadores de la Universidad de Arizona ha desarrollado un nuevo coronógrafo capaz de detectar exoplanetas ocultos por la intensa luz de sus estrellas anfitrionas en el universo, una innovación que podría revolucionar la búsqueda de vida fuera del planeta Tierra.
El coronógrafo, liderado por el científico Nico Deshler, utiliza un sistema avanzado de filtrado espacial que permite bloquear de forma más precisa la luz estelar, revelando planetas que hasta ahora eran invisibles para los telescopios convencionales.
Asimismo, se diseño para encontrar planetas similares a la Tierra que se encuentran en la llamada “zona habitable”, donde las temperaturas podrían permitir la existencia de agua líquida.
“Los planetas en esta zona pueden ser hasta mil millones de veces más tenues que su estrella anfitriona, lo que hace extremadamente difícil detectarlos”, explicó Deshler a la revista científica Optica.
“Nuestro coronógrafo desvía esa luz brillante antes de que llegue al detector, facilitando la captura de imágenes de los exoplanetas”.
A diferencia de los coronógrafos tradicionales (que se basan en discos oscuros o máscaras para bloquear la luz de la estrella) el nuevo dispositivo emplea un “ordenador de modos espaciales” que separa los patrones únicos de la luz, similares a frecuencias en un piano, para identificar y eliminar el brillo estelar con mayor precisión.
Principales ventajas del nuevo coronógrafo
- Mayor precisión: Permite detectar exoplanetas subdifractivos, es decir, aquellos demasiado cercanos a su estrella como para ser observados con métodos tradicionales.
- Imágenes más completas: Aporta no solo la detección del planeta en el universo, sino también imágenes detalladas de su órbita y del entorno estelar, incluyendo polvo y otros elementos.
- Potencial para detectar vida: Al proporcionar más información sobre estos mundos, podría ayudar en la búsqueda de biofirmas y señales de vida entre las estrellas.
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La creación de Deshler representa un salto importante en la exploración astronómica.
Aunque los coronógrafos no son nuevos (se inventaron en 1931 por Bernard Lyot), esta nueva versión podría marcar una diferencia significativa en la detección de planetas que hasta ahora permanecían escondidos a simple vista.