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Honduras
viernes, mayo 3, 2024

Tizones de hielo

De curioso, hoy me fui a ver las benditas piscinas al salir de la chamba, colocadas en el parque central, lo admito cada minuto que pasaba me ardía la espalda por el abrazo de nuestro astro rey, pero uno es curioso. Pero seamos honestos, no sería aquí, si no fuese por el beso inclemente, no se hubiese cincelado la historia de mi tierra, sin el oro verde, la flor de la caña que grita progreso o las palmeras que se mecen serenas en la modorra de la tarde tropical todo eso hijos del calor y la lluvia. Aquí somos así, acostumbrados al sol y el calor, somos gente de tierra caliente pues. La cosa es que viendo las dichosas piscinas, puestas para diversión de todos y todas, lo admito, me gustó la idea, sobre todo porque los niños eran los que más disfrutaban, chapoteando en el roció fresco,nadando, riendo y jugando. Vale más que no cobran, me dije quedito, hemos estado tan fregados que vale la pena que jueguen los cipotes, aunque agarren piojos, la risa es un bálsamo para la vida y Dios sabe que ocupamos mucho por aquí.

Estos días hemos estado de feria, me dijo un hombre de al lado, mientras miraba las piscinas, primero con el show del señor aquel, en el norte, aunque ya sabíamos en qué iba a quedar, me dijo riendo, ya sabíamos que el bendito juicio ya estaba tratado, se nota a leguas que es un mensaje para los que están con canillera aquí, me dijo, casi sin importancia, no crea compa, me dijo, señalando como solo aquí sabemos, aquí ahorita hay un montón que están más helados del miedo que esa agua fresca en la que chapalotean esos güirros, si existieran, le apuesto que andan el alma como tizones de hielo, helados por dentro y fuera azules del miedo, solo esperando cuándo les tocan la puerta. Eso fue ese show, fíjese, lo siento por la familia o familias que aún esperaban un milagro, pero le apuesto que eso ya estaba hablado, todo montado para mandarles un papelito, como dice mi sobrina, para muchos por aquí.

Dicho eso, se movió así como vino, de repente y sin hacer bulla se diluyó entre la gente y el calor, bueno, me dije mientras las risas infantiles jugaban en el chapoteo y me alegraban el corazón, como una limonada fría o una heladita color pata de albañil, pensé malicioso, con este calor créame que se le antoja a uno, pero me iré por la limonada,creo, porque pisto ya días no hay aunque están caros los limones, es cierto, pero uno aquí se bebe más de una fría y eso es el problema. Mientras caminaba de regreso, buscando la parada de los rapiditos o el punto de taxis, lo que estuviera menos lleno, pensaba en lo que dijo el paisano, capaz que si era un mensaje claro para los que quedaron, si lo tocaron a él, pueden tocar a cualquiera y eso que se creían dioses, igualito como los que están ahorita. Pues sí, me dije concluyendo mi pensamiento al bajar del rapidito, y mientras me apeaba a la carrera, porque estos bárbaros casi no esperan y si se descuida uno se pega un mal golpe en la calle, hasta yo anduviera con el alma helada del miedo, me dije, con canillera todo el día, con el terror más bien abrazándome el corazón y casi en vilo, cabalito como un tizónde hielo.

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