seLos soldados y policías desplegados en la frontera de Texas con México habrían recibido órdenes del Departamento de Seguridad Pública estatal para empujar a inmigrantes hacia el Río Grande, para evitar que pisaran suelo estadounidense.
Dichas acciones han provocado algunas muertes y varias personas heridas, debido a que hay boyas con púas que dificultan la sobreviencia de los inmigrantes que buscan asilo.
Madre y sus pequeños mueren
Uno de los casos es el de una madre y sus dos hijos que intentaban cruzar, pero ante la vigilancia se quedaron atrapados en una zona del río. Esto lo revelaron en uno de los correos electrónicos entre autoridades estatales, según el Houston Chronicle.
“Los policías recibieron informes de una madre y dos niños que intentaban cruzar el río en un área sin cables. A la mujer y a un niño los atraparon después de estar bajo el agua durante aproximadamente un minuto”, se indicó. “A ambos los declararon muertos en el hospital. El cuerpo del otro niño se recuperó más tarde”.
Hay otros casos que han desatado las quejas de organizaciones civiles que defienden a inmigrantes y los derechos civiles.
Una niña de cuatro años se desmayó bajo un calor de 100 grados Farenheit, luego de que personal de la Guardia Nacional de Texas empujara al grupo en el que iba de regreso a México.
CNN reportó también el intercambio de correos electrónicos, donde se indica que un hombre resultó con una severa laceración en la pierna, cuando intentaba rescatar a su hijo de un alambre de púas colocado en una boya en el Río Grande.
Un chico de 15 años resultó con una pierna rota al intentar evadir las boyas.
Una mujer no logró escapar de los cables colocados por el gobierno de Greg Abbott, por lo que el esfuerzo le provocó un aborto espontáneo.
Abbott afirma que no dio la orden de empujar a los inmigrantes, pero hay dudas al respecto, dadas sus políticas contra los no ciudadanos en la entidad, incluida la persecución de gente por “invasión a la propiedad privada”.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) calificó esta orden del Gobierno texano como “inhumana”, pero no hay claridad sobre acciones al respecto.