Redacción. Este sábado, México inaugura la Copa Oro de la Concacaf enfrentando a República Dominicana en el SoFi Stadium de Los Ángeles, en medio de un ambiente de tensión provocado por las redadas migratorias anunciadas por el expresidente Donald Trump.
La selección mexicana saltará al campo en el estadio más caro del mundo, mientras en las calles de la ciudad se espera una marcha multitudinaria contra el reciente despliegue militar ordenado por Trump como parte de su ofensiva contra inmigrantes indocumentados.
La protesta se suma a otras convocadas en diferentes partes del país, el mismo día que el exmandatario celebra su cumpleaños número 78 con un desfile militar en Washington.
Clima político que influye en el futbol
Este clima político ha generado inquietud en la comunidad latina y amenaza con afectar tanto la Copa Oro como el Mundial de Clubes de la FIFA, torneos que Estados Unidos organiza simultáneamente.
Las agencias de inmigración y control fronterizo han informado que desplegarán agentes en algunos estadios del país, aunque sin detallar cuál será su papel exacto dentro de los operativos de seguridad. Esta ambigüedad ha encendido las alarmas entre la población migrante.
Grupos de aficionados mexicanos en EE. UU., tradicionalmente activos durante los partidos del Tri, han optado por cancelar sus actividades.
La porra Pancho Villa’s Army, por ejemplo, anunció la suspensión de todos sus eventos programados para el sábado. “La decisión fue tomada por precaución y respeto a la seguridad de nuestra comunidad”, indicaron en un comunicado.
Desde el ámbito legal también se han emitido advertencias. La abogada de inmigración Leslie Reyes, con oficina en Costa Mesa, pidió a los seguidores mexicanos evitar el estadio.
“Ya tenemos notificación de que agentes de inmigración estarán en este evento”, aseguró a través de redes sociales
. “Eviten problemas, especialmente si son indocumentados o incluso residentes permanentes”.
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Ante este panorama, muchos fanáticos enfrentan un dilema: apoyar a su selección desde las gradas o resguardarse ante la posibilidad de ser blanco de operativos migratorios en un evento deportivo internacional.