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lunes, mayo 13, 2024

SINDROME PRESUICIDAL

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio figura entre las causas de defunción más importantes a todas las edades a nivel mundial. Considera que cada año se suicidan casi un millón de personas en el mundo. Según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), en el 2019, los suicidios sumaron 433 con un aumento de 7.2 % respecto al año anterior, esto quiere decir que fueron 36 víctimas por mes. La mayoría de ellos entre los 10 y 29 años. Los hombres continúan como el grupo más vulnerable al sumar 80.1 % del total, mientras, las mujeres registraron 19.9 % de los casos. El método más usado fue el ahorcamiento y la mayoría de casos están en los departamentos de Francisco Morazán, Cortés, Comayagua e Intibucá.
SINDROME PRESUICIDAL. Desde 1960, el psiquiatra Erwin Ringel formuló uno de los trabajos más importantes respecto a este tema, lo describió como el estado psíquico que experimenta la persona antes de cometer el suicidio. Por tanto, se trata de una condición psicológica que aumenta al máximo el riesgo suicida ya que se considera que el acto es inminente. El detalla que el síndrome pre-suicidal está caracterizado por un estrechamiento y disminución de la vida en general, a la vez que surgen y se desarrollan deseos de muerte y comportamientos de autodestrucción. Aislamiento, falta de autonomía, dependencia emocional y la constante huida de la realidad, evitando y soltando cualquier responsabilidad. En este estado puede haber un episodio depresivo, desesperanza, falta de placer, en donde la evolución de la idea y su paso a la acción, depende de la enfermedad o situación sobre la que se desarrolla.

SIGNOS DEL SÍNDROME PRESUICIDAL:

1.- Constricción de los sentimientos y las relaciones. Se disminuye la energía emocional, no tienen la capacidad para relacionarse con los demás, no coordina bien sus ideas o pensamientos, no lleva el hilo de la conversación, ya que disminuye sus funciones cognitivas. Se sumerge en un estado de anhedonia y aplanamiento afectivo. Limita al mínimo posible sus relaciones con los demás, coloca su celular en modo avión, lo apaga, etc., se encierra, se aísla.

2.- Inhibición de la agresividad. La persona pierde cualquier necesidad por defenderse ante algún ataque, pueda que tenga reproches pendientes por decir, resentimiento, enojo con varias personas de su familia o externos, pero simplemente ya no ve necesario hacer reclamo de nada. Sin embargo, ese coraje, ese enojo, esa rabia que siente hacia alguien externo, lo internaliza, lo siente para sí mismo.

3.- Fantasías suicidas. Cada amanecer planea que será el último de su vida. De hecho, se produce una conversación mental continua sobre cómo hacerlo, dónde, encontrar el momento oportuno para poder cometer el acto suicida. Esas imágenes autodestructivas se vuelven más intensas y recurrentes, hasta el punto que la persona las acepta como la solución definitiva a sus problemas.

LOS MOTIVOS. Muchas de las víctimas han padecido de algún trastorno del ánimo, el cual quizás no fue atendido, principalmente la depresión, esquizofrenia o algún brote psicótico, algunos han experimentado violencia, trastornos por consumo de alcohol o de sustancias, una profunda crisis económica, relación amorosa fragmentada, como una petición de ayuda, enfermedad terminal, no querer ser una carga, estrés traumático, entornos sociales de riesgo, lo cuales constituyen importantes factores que pueden desembocar en el suicidio.

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