La originalidad, belleza, inteligencia, manifiesta calidad y otras características particulares de una obra, nadie puede disputarla porque su natural independencia demuestra un género atractivo en cuanto al sentido de la realidad y su existencia. Las posibles imitaciones artificiosas, la competencias furtivas y convencionales o amaneradas, frente a la genialidad y natural como extravagante hermosura tocan lo hiperbólico, amplio, genérico y categórico, que perdura despidiendo una luz espiritual que ilumina el numen tutelar o inspiración nativa, impregnada de delicadas y complejas líneas de persuasión.
Resulta indispensable señalar, en este comentario, las reveladoras o significativas faenas de reforma que se han tratado de realizar ante el reclamo justo de las necesidades sociales, de higiene, salud y otras áreas esenciales, para hacer posible, la renovación genuina de las diversas instituciones dentro de un marcado acercamiento de la autoridad o poderío gubernamental, exigido en diversos ciclos por los auténticos dirigentes populares y los grandes conductores intachables de cierto número de organizaciones gremiales o corporativas, dentro de un libre juego de ideas, respeto a las leyes, a la estabilidad política o manejo de la permanencia, tranquilidad y prosperidad, manteniendo un clima de orden y bienestar por entero, dentro de un ambiente de responsabilidad, símbolo de manifestación democrática vigilante y provechosa para mantener la libertad de expresión, lo mismo que otras actividades de vital importancia, mismas que forman el dintel o parte superior en que se asienta la esencia del Sistema de Gobierno, producto de la voluntad popular libremente expresada en las urnas o receptáculos de los votos o sufragios que el pueblo hondureño logro con predominios proporcionales, dado el objetivo de resolver a la luz de un verdadero civismo, los espaciosos, complejos y amplios problemas nacionales.
Hay una visible responsabilidad compartida en este tipo de hechos y acontecimientos de gran impacto general.
No alterna ser de otra manera, tan contundente o definitivo paso en materia electoral que demostró el pueblo en el reciente proceso electoral, es el núcleo básico que por el año dos mil veintitrés (2023) y otros posteriores, abre las puertas a la verdadera democracia funcional, representativa y participativa, permitiendo la integración de los distintos núcleos o sectores sociales, y de manera especial, a la viril juventud de Honduras, en un proceso evolutivo que motive un cambio generacional, como instrumento jurídico innovador, compromiso con la patria y reconocimiento al derecho y obligación por insuperable y única vez, al llegar a la Presidencia de la República, un auténtico movimiento de tendencia social democrática, dentro de una iniciación o apertura que con características permanentes hacia la modificación asociativa o institucional, sea el reflejo y parte medular que represente el interés general o colectivo en una atrayente y sugestiva transformación, sin compromisos de ninguna naturaleza.
Con la fe puesta siempre por una Honduras independiente, con amplias libertades públicas, estímulos o aperturas a la Inversión, generación efectiva de fuentes de trabajo, transformación agraria, y el cumplimiento de los justos reclamos de la población, es posible un verdadero progreso de nuestra querida nación.
Todo sea por la patria, la cultura, la instrucción en el objetivo de conseguir mejores espacios de amplio, resplandeciente, vital y concluyente desarrollo en todos los rincones o áreas del nuestro territorio nacional.
