El consumo de tabaco (Nicotiana tabacum) en América en general es ancestral, es un producto endémico de estas tierras, su consumo ya existía antes de la llegada de los españoles; al igual que el chocolate, los frijoles, la vainilla, el maíz y un largo etcétera. La planta, se ha consumido por más de tres mil años con fines rituales y medicinales, las formas del consumo eran muy variadas y siempre aparejadas a un rito, un acto lleno de consciencia.
El conquistador portugués, Pedro Alvares de Cabral, sobre el año 1500 de nuestra era, reportó que los nativos del actual Brasil utilizaban el tabaco para “tratar abscesos, fístulas, llagas, pólipos inveterados entre otras dolencias” es decir; ellos tenían claro que el tabaco era un medicamento. De igual forma, varios conquistadores españoles, como Rodrigo de Jerez y Luis de la Torre, compañeros de Cristóbal Colón, dieron a conocer la existencia de la planta Europa; tal “descubrimiento” no dejaría de causar problemas a ambos lados del Atlántico. En ese sentido, Rodrigo de Jerez fue condenado a muerte por el consumo de tabaco. El Tribunal de la Santa Inquisición lo acusó de “brujería” ya que, según el Santo Tribunal, “solo el diablo podía dar a un hombre el poder de sacar humo por la boca”.
Durante la época de la España absolutista (siglos XVII y XVIII), el tabaco, llevado al Viejo Mundo, pasó a tener un uso comercial, creó moda para luego ser fiscalizado. Los negocios más lucrativos de la corona en aquella época fueron “los esclavos, la plata y el tabaco”. Todos estos negocios tienen plena vigencia en la actualidad…
Hoy el rubro del tabaco se encuentra aún monopolizado en el estado español, una actividad regulada, desde mediados del siglo XVI. Más de quinientos años después del descubrimiento, el tabaco es una aportación significativa al PIB español, aquello que era “satánico y propio de demonios” hoy sigue generando grandes beneficios económicos. Esta industria sigue teniendo un impacto significativo en la economía española, engrosando el PIB nacional. La hierba aporta más que nunca a las arcas del Estado español… pero hay otro país más grande que conoce la hierba.
El tabaco en China se utilizaba inicialmente para fines medicinales y religiosos, su consumo se extendió rápidamente y se convirtió en parte integral de la cultura China desde que los europeos llevaron la planta a Asia en el siglo XVII. En la actualidad, China ha pasado a ser el mayor productor y consumidor de tabaco a nivel mundial, produciendo en 2021, 2.1 millones de toneladas de tabaco. Esta producción está dominada por la empresa estatal China National Tobacco Corporation (CNTC), una empresa que controla todas las facetas de la producción, distribución y venta de productos de tabaco en el país.
Si el tabaco se vende en “formato de cigarrillos” quiero decirle que esto no tiene nada que ver con cultura, historia y tradición.
Entre diversos grupos étnicos norteamericanos, el tabaco es identificado como un regalo de los espíritus a los hombres y como un vehículo para la oración. Su ofrenda por medio del fuego y su transformación en humo representa la materialización del “poder” y la presencia de los ancestros, los espíritus y de la creación, además, el binomio inhalación/exhalación representa una comunión con todos aquellos que consumieron (fumaron) el tabaco, tanto en el presente, en el pasado y en el porvenir. Esta comunión y conexión representa, a su vez, que todo lo expresado en oración por medio del tabaco debe ser verdadero, cierto y ofrecido a los espíritus, los ancestros y los poderes sobrenaturales del cosmos indígena. Así lo dice Medina González Dávila, José, en “La práctica de fumar tabaco entre los indígenas norteamericanos. Síntesis de una práctica milenaria”, Revista de Arqueología Mexicana núm. 133.
El único lugar del mundo en donde se ha consumido el tabaco de forma ritual, respetando la tradición, ha sido en este continente. La historia comercial de la planta durante los últimos quinientos años ha desvirtuado toda la cultura que fue heredada por los ancestros en relación con la planta por milenios. La hierba tiene que volver al lugar que ocupó para nuestra cultura.
En ese sentido, quiero brindar una serie de argumentos ¡a favor del consumo de tabaco puro!
Esta es mi propuesta: Primero. El tabaco puro es parte de nuestra idiosincrasia se fuma desde siempre en América en su estado puro. Segundo. Es un acto solemne y cultural que debe rescatarse en nuestras negocios y actividades familiares. Tercero. El consumo debe volver a su origen; únicamente para momento solemnes. Cuarto. Los puros también pueden ser una forma de establecer conexiones sociales. Quinto. Compartir un puro con amigos o colegas puede ser una actividad para fortalecer las relaciones interpersonales. Sexto. Fumar puros puede ser un momento de desconexión y relajación, beneficioso para reducir los niveles de estrés y ansiedad en el que vivimos. Tomarse unos minutos para disfrutar de un puro puede ser una forma de meditación para algunas personas, ayudando a dejar atrás las preocupaciones del día a día. Séptimo. Y no menos importante, un puro fumado ¡conscientemente!, puede ayudar a combatir la ignorancia en relación con nuestra planta milenaria.
En definitiva, en estos tiempos de desinformación e intoxicación informativa en donde lo malo pasa a ser bueno y viceversa, hay que ser consciente que el tabaco es nuestro, no es planta solamente, es cultura y tradición…