Omoa, Cortés. En estos tiempos, entre la rutina del trabajo, estudios y demás compromisos, reunirse con la familia resulta difícil, sobre todo si los miembros residen en diferentes partes del mundo y aunque con los avances tecnológicos es más fácil comunicarse, en muchas ocasiones más bien nos aíslan.
Este no es el caso de los Caballero, Álvarez, Abastida, Arévalo y Oliva, quienes, a través de un grupo de WhatsApp, acordaron una reunión para disfrutar un día inolvidable y rescatar una vieja tradición.
La iniciativa fue de Irinardo Caballero Álvarez, conocido popularmente como “Nayo Caballero”, recordado exfutbolista de Marathón y la Selección Nacional, uno de los integrantes de la famosa “Trinca Infernal”, junto a su hermano Mario Felipe “Cofra” Caballero y Julio “Cucaracha” Fonseca (QEPD), quien decidió organizar dicha reunión para pasar momentos únicos con su gran familia.
Todo inició con la integración de una comisión que quedó presidida por Nayo, y entre reuniones y chats fue tomando forma, giraron la invitación para el 28 de enero en la Casa Club Marbella en Omoa, con el requisito de vestir de color blanco o estilo hawaiano y pasarla bien.
Así se armó la fiesta, contando con 101 miembros, que incluyen más de cuatro generaciones, incluso algunos ni se conocían y fue el momento propicio para hacerlo, compartir, contar anécdotas, cantar y bailar.
La Casa Club con piscina, a orilla de la playa y con hermosas áreas verdes, fue el lugar ideal para disfrutar de este día familiar, entre añoranzas y proyectos futuros, mientras degustaban de una exquisita taqueada.
“Escogimos esa fecha para unir la celebración del Día de la Mujer y mi cumpleaños (79), disfrutamos de anécdotas e historias de la familia, sobre todo los más jóvenes, que no conocían muchos detalles, en la familia tenemos médicos, abogados, licenciados e ingenieros, así que platicamos de todo”, señaló Nayo.
Inicios de la tradición
La reunión es una tradición que comenzó hace unos 50 años y la organizaba Miguel Ángel Caballero, el “Chele” (QDDG), hermano mayor de Nayo, un hombre muy entusiasta, quien también fue jugador del Marathón.
Nayo recuerda que realizaron varias reuniones cuando estaban con vida las cinco columnas de la familia, su madre y sus cuatro tíos, hijos de su abuela Carmen, de origen español.
“En ese entonces la hacíamos en una hacienda de Jucutuma, donde tía Luisa de Oliva, gemela de mi madre, Isabel Álvarez de Caballero, conocida como “Chabelita”. En otra ocasión fue en Cofradía, en la hacienda de tío Leopoldo Álvarez, pero antes del fallecimiento de mi hermano Miguel en 1995 no seguimos haciéndolas debido a su estado de salud, fue un hecho muy duro para la familia, porque ese mismo día también falleció mi madre”.
Señaló que después de ese momento difícil, la reunión fue quedando en el olvido, hasta este año que acordaron con otros familiares retomarla, se hicieron todos los preparativos y tenían 116 miembros confirmados, pero por diversas circunstancias algunos no pudieron estar presentes, pero lo hicieron a través de una videollamada.
Comentó que de México vino el hijo menor de su hermano Miguel, José Miguel Caballero, de Miami; Waleska y Ninoska Caballero, hijas de su hermana Yolanda (QDDG), su hijo mayor, Mauro Geovany Caballero, de Roatán llegó su prima hermana, Blanca Álvarez; de Siguatepeque, Jorge Abastida con su esposa y sus hijos y se les unieron, Martha Arévalo y familia de Cofradía y los residentes en San Pedro Sula.
Anécdotas
Los espacios en la Casa Club fueron organizados para que se acomodaran por grupos, al iniciar el protocolo se unieron todos bajo la dirección de la maestra María del Carmen Caballero “La India”, luego tomó la palabra Nayo como presidente de la comisión organizadora.
“Durante mi discurso conté la anécdota de por qué me decían “ El Mudo Caballero”, en mi infancia y juventud y fue porque cuando tenía entre 4 o 5 años, me caí del carro de un tío, él no se dio cuenta y cuando retrocedió casi me atropella, quedé a centímetros de la llanta, del susto perdí el habla y mi tío Leopoldo que tenía una hacienda en Cofradía me llevaba a chupar aguja de panal que decían que era remedio, pero poco a poco fui recuperándome, me ponían a cantar el himno nacional y lo que hacía era tararearlo”, historias como esta compartimos, luego del protocolo todos comenzaron a presentarse con los que no se conocían y fue una armonía total, un día de mucha alegría y todos ya confirmaron para la próxima reunión”, apuntó.
Familia Caballero-Álvarez
La familia Caballero-Álvarez fue formada por doña Isabel y el profesor Miguel Ángel Caballero, sus cinco hijos, Miguel, Mario Felipe “Cofra” y Yolanda, que ya fallecieron, y los menores María Isabel, que reside en Miami, y Nayo en San Pedro Sula.
Una de las anécdotas es que desde el tiempo que jugaba en Marathón se ha conocido que Nayo se llama Mauro Irinardo Caballero, pero en sí el nombre de Mauro no fue registrado, en su cédula solo aparece como Irinardo Caballero Álvarez. “El nombre de Mauro, mi madre me lo puso después de haberme registrado solo como Irinardo y nunca registró el primer nombre, pero lo usé por mucho tiempo, sobre todo cuando era futbolista. Nacimos en Cofradía y de allí el apodo de mi hermano Mario Felipe “Cofra” Caballero, comentó.
Asimismo, agregó que tiene seis hijos, los tres menores con su esposa actual, que en mayo cumplirán 37 años de casados y cinco nietos de sus hijos mayores.