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viernes, febrero 7, 2025

Regreso a los libros

UNO de los países escandinavos implementó hace quince años la política de sustituir los libros en el sistema educativo nacional.

Los textos impresos fueron suplantados por computadoras y por “tablets”, con el propósito hipotético de mejorar la educación en el proceso de enseñanza-aprendizaje de los niños y de los jóvenes.

Sin embargo, con el paso de los años las autoridades han venido evaluando los resultados y no han sido nada satisfactorios respecto de lo esperado.

Los efectos finales más bien han sido negativos. La información recibida dice textualmente lo que sigue: “Tras 15 años de digitalización educativa, el país nórdico destina millones para re-incorporar textos físicos, buscando mitigar los efectos negativos detectados en el aprendizaje y habilidades básicas”.

“En 2009 Suecia emprendió una transformación ambiciosa en su sistema educativo al reemplazar los libros impresos por herramientas digitales como computadoras y tablets. 15 años después el país está revirtiendo esta decisión”, “reintroduciendo libros impresos en las aulas para el periodo 2025.

Esto reveló los desafíos de la digitalización educativa y las lecciones aprendidas sobre el impacto de la tecnología en el aprendizaje”.

“La apuesta inicial de Suecia por la digitalización se basó en motivos ambiciosos: modernizar el sistema educativo y preparar a los estudiantes para el futuro dominado por la tecnología.

Según el gobierno sueco, la incorporación de herramientas digitales haría que el aprendizaje fuera más accesible y emocionante, además de reducir los costos a largo plazo al eliminar los gastos asociados con los libros impresos”.

Sin embargo, este cambio drástico no estuvo exento de problemas, en tanto que “se ha demostrado que leer en pantallas digitales puede afectar la retención de información y la comprensión de textos.

Además, muchos estudiantes, en lugar de concentrarse en sus lecciones, se distrajeron navegando por internet o jugando. Estos comportamientos no sólo perjudicaron su desempeño académico, sino que también afectaron sus habilidades sociales y la concentración en el aula”.

“Otro problema importante fue el impacto físico del uso prolongado de dispositivos electrónicos porque padres y maestros reportaron un aumento en la fatiga visual entre los estudiantes, además de un deterioro en las habilidades básicas como la lectura y la escritura”.

El caso de los suecos conduce a otras experiencias previas como en Corea del Sur y en algunos estados de Norte América, en donde también han detectado el déficit de atención y la poca sociabilidad de los niños y adolescentes.

En Corea del Sur, uno de los países más informatizados del mundo, las autoridades educativas se han empeñado en rescatar a las nuevas generaciones mediante el regreso a los juegos infantiles y a la lectura, por aquello de la insensibilidad y los bajos rendimientos académicos.

Algo debe estar sucediendo en los países desarrollados que nosotros los catrachos debemos prestarle atención.

Honduras comenzó a experimentar, de modo masivo, los cursos académicos en línea, durante la pandemia de los años 2020 y 2021, con el inconveniente abismal que ni los profesores ni mucho menos los alumnos estaban preparados para semejante ensayo.

Los que más sufrieron fueron los estudiantes de primaria y secundaria, especialmente de los hogares más pobres en donde apenas contaban con un teléfono celular, y hasta tres o cuatro niños se miraban en la terrible circunstancia de utilizar el mismo aparato digital para recibir los cursos y hacer las tareas.

Razón suficiente por la cual hoy sabemos que los cuadernos y los buenos libros impresos son insustituibles y que en consecuencia debemos retornar a ellos.

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