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miércoles, mayo 7, 2025

¿Quiénes le temen a Bukele?

Desde luego que los criminales, todos los miembros de la “contrasociedad”, aquellos que se aprovechan de cualquier descuido para robar, matar, violar, etc., que no son un porcentaje muy grande de la población, pero que hacen mucho daño.

Son los que nos obligan a contratar vigilancia privada, levantar muros, poner rejas en las casas, extremar las medidas de seguridad, esconder las pertenencias que tenemos que llevar con nosotros como el celular o la billetera.  Los enemigos de Bukele son aquellos que nos convierten en prisioneros mientras ellos se mueven libremente haciendo de las suyas.

Ningún delincuente puede ser amigo de Bukele, desde luego. Pero tampoco los delincuentes son quienes más le temen, de ninguna manera y veamos por qué.

Las maras, pandillas y organizaciones criminales ya saben a quién tienen enfrente y lo que pueden esperar si deciden jugársela, no hay sorpresas para ellos.

Por esa razón se cuidan de Bukele pero, como dicen por ahí, “en batalla avisada no muere soldado”, ellos saben en lo que se meten.

Saben perfectamente lo que les puede suceder si siguen por el camino de la “contrasociedad”, así que ellos no son quienes más temen a Bukele, se cuidan de él, pero no le temen.

¿Quiere de verdad saber quiénes -pienso yo- son los que más miedo le tienen?

Parece mentira, pero son los gobernantes de otros países. Son aquellos cuyos ciudadanos se enfrentan todos los días al crimen callejero y en gran escala, son los que fueron electos por éstos para darles seguridad.

¿Cuántos de los mandatarios cuyos países son víctimas de la delincuencia en alto grado han seguido la receta comprobada de Nayib Bukele?

La respuesta es cero, ninguno, nadie, por lo menos no todavía. ¿Por qué?

Primero creo que están más ocupados buscando la forma de conservar el poder por todos los medios, menos cumpliendo con la promesa de campaña sobre seguridad.

Segundo, porque quizá tienen miedo que algunos de sus partidarios caigan en las redadas, especialmente aquellos que son utilizados como grupos de choque para tomar instituciones o “defender” al gobierno de sus enemigos.

¿De verdad será malo copiar una fórmula ganadora? Qué nos importa de quién sea la idea, de dónde venga, no importa el color del gato, lo que interesa es que cace ratones, ¿cierto?
En El Salvador la delincuencia ha dejado de ser un azote para la ciudadanía, será tan difícil pedir consejo, escuchar y tratar de repetir ese maravilloso ejemplo?

¿Lo están haciendo? Qué bien, pero no se trata sólo de pedir consejo -y publicar muchas fotografías- hay que aplicarlo sin variantes que puedan distorsionar la idea, el procedimiento que funciona.

Ahora Bukele va por el siguiente paso: ¡eliminar la corrupción!

Upssss, aquí hay un problema aún mayor, las cosas se complican cuando el presidente salvadoreño se prepara -y ya lo está haciendo- para limpiar el Gobierno y las instituciones del Estado del virus de la corrupción enquistado en el Gobierno y en gran parte de la sociedad.

Si los gobernantes de otros países siguen el ejemplo en el combate a la delincuencia, pronto tendrán que luchar contra la corrupción de ellos mismos y sus propios partidarios y eso sabemos está en un cuerno de la Luna.

Se ha tenido que engañar al pueblo al solicitar -y retrasar y retrasar- una ayuda externa (CICIH) para combatir la corrupción, la cual es casi seguro nunca llegará.

Los peores enemigos del sistema Bukele para rescatar el país de la delincuencia y la corrupción no son los delincuentes. Ellos comprenden que la tienen jurada y si se la juegan ya saben lo que les espera.

Quienes más temen a Bukele son aquellos gobernantes que están tan lejos de tener el 84 % de aprobación popular… cuatro años después de haber tomado posesión.

Ninguno de los otros mandatarios, ni aquí ni en ningún otro lugar de Latinoamérica, y quizá del mundo entero, jamás ha tenido una votación de ese nivel.

Por eso es que me pregunto: sabiendo cuál es la receta para salvar a la población de las bandas de criminales y, de paso, conseguir la aprobación del pueblo para continuar en el poder (como en El Salvador), ¿por qué, simplemente, no la aplican?

La respuesta es clara y obvia.

Cada vez que Bukele sale con una nueva idea o mejora su discurso (¿ha visto el de los pollos?) les pone la cosa más difícil a los otros gobernantes, por eso ellos son quienes más le temen.

Para estar seguros, nada más bastaría que los encuestadores independientes midieran a cada gobernante de Latinoamérica contra Bukele, ahí se comprobaría la verdad.

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