El 1 de febrero se cumplieron tres años desde que el ejército de Myanmar derrocó al gobierno democráticamente elegido del país.
Este hecho desencadenó una sangrienta guerra civil que continúa desgarrando al país de 54 millones de habitantes.
El país entró en un conflicto armado con grupos civiles, políticos y étnicos que se oponen al gobierno de la junta.
Los militares han sufrido una serie de pérdidas sin precedentes ante los grupos criminales.
Las fuerzas de oposición se han apoderado de varias ciudades en el estado Shan, en el noreste de Myanmar, junto a China.
Han tomado el control de carreteras clave hacia la frontera y han obligado a la rendición a cientos de soldados de la junta.
Uno de los grupos armados étnicos más antiguos de Myanmar, la Unión Nacional Karen (KNU), anunció en abril que había obligado a rendirse a los soldados que controlaban Myawaddy.
Tailandia se mantiene alerta mientras continúa el conflicto en Myanmar
Tailandia comparte una frontera de 2.414 kilómetros (1.500 millas) con Myanmar y podría correr el riesgo de un desbordamiento fronterizo si el conflicto se intensifica.
Es por ello, que se mantiene alerta mientras continúa el conflicto en Myanmar, según funcionarios del gobierno tailandés que visitaron la frontera de Tailandia con Myanmar esta semana.
“Hemos estado visitando a personas en el área para darles la confianza de que las cosas se están manejando bien y para escuchar qué problemas pueden tener. Estamos dispuestos a proteger la soberanía tailandesa”, dijo el Ministro de Relaciones Exteriores Parnpree Bahiddha-nukara a los periodistas.
Alrededor de 1.300 personas han huido del este de Myanmar a Tailandia.
Las autoridades tailandesas informaron que la gente había comenzado a cruzar escapando de los enfrentamientos en varias zonas de Myawaddy.