Las predicciones de la mística búlgara Baba Vanga, conocida como la “Nostradamus de los Balcanes”, han vuelto a captar la atención del público en medio de la creciente tensión entre Israel e Irán.
Fallecida en 1996, Vanga dejó una serie de enigmáticos mensajes que muchos de sus seguidores vinculan con los eventos globales actuales, especialmente con lo que algunos consideran un sombrío panorama para el año 2025.
Según interpretaciones de sus supuestas profecías, este año marcaría el “principio del fin del mundo”, con Europa como epicentro de un conflicto devastador.
Las advertencias sobre un “conflicto en Europa que devastará a la población del continente” han sido asociadas por muchos creyentes con una posible Tercera Guerra Mundial, alimentada por enfrentamientos entre Oriente y Occidente.
Aunque Vanga no hizo menciones explícitas a Israel o Irán, algunos aseguran que sus visiones sobre una “gran guerra musulmana” que se extendería hasta el año 2043 podrían estar relacionadas con el actual conflicto en Medio Oriente.
Esta guerra, según sus seguidores, afectaría a Europa de forma directa y tendría repercusiones a nivel global, tanto en lo político como en lo humanitario.
Además, ciertas interpretaciones de las profecías apuntan a la posibilidad del uso de armas biológicas por parte de una “gran nación”, así como la interrupción de infraestructuras esenciales, coincidencias que algunos observadores relacionan con el desarrollo bélico y las amenazas tecnológicas en la región.
Vanga la acertada
Vanga es recordada por supuestamente haber anticipado acontecimientos como la muerte de la princesa Diana, el hundimiento del submarino ruso Kursk, los atentados del 11 de septiembre y, de manera más personal, su propia muerte, ocurrida el 11 de agosto de 1996.
Su legado ha sido alimentado por quienes buscan en sus palabras señales para interpretar los cambios del mundo moderno.
A pesar del fervor que generan estas profecías, expertos señalan que las visiones de Baba Vanga carecen de base científica y que su lenguaje, a menudo críptico y generalizado, se presta a múltiples lecturas.
La falta de precisión ha permitido que distintas generaciones encuentren paralelismos entre sus predicciones y los eventos que marcan cada época.
No obstante, el interés persistente en sus mensajes refleja una constante en la historia humana: el deseo de prever lo que vendrá y darle sentido a un futuro cada vez más incierto, sobre todo en tiempos marcados por la inestabilidad geopolítica y el temor a conflictos de gran escala.
La horrible predicción de Baba Vanga que podría ocurrir en julio de 2025