Los reos están recluidos en el Centro Penitenciario Nacional de Támara y forman parte de un programa de rehabilitación.
Bajo un fuerte resguardo de la Policía Militar del Orden Público (PMOP), el pequeño grupo de privados de libertad se encargó de borrar estas letras amenazantes.
Mismas que generaban temor entre la población hondureña y daban una mala imagen a visitantes extranjeros.
Vestidos con overoles naranjas, cabezas rapadas, tatuajes identificativos de su grupo criminal, grilletes en pies y rodillos en las manos, los internos «pusieron manos a la obra».
En ese sentido, con pintura gris cubrieron cada uno de los grafitis pintados en las paredes de edificios en distintos sectores de Comayagüela.
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Uno de los participantes afirmó: “Lo que estamos tratando de hacer es demostrarle al pueblo lo que realmente está pasando en la cárcel, nosotros nos estamos rehabilitando”.
El Instituto Nacional Penitenciario (INP) indicó que actividades como esta busca que los internas demuestren al pueblo hondureño que pueden rehabilitarse.
Asimismo, los privados de libertad buscan resaltar su reeducación y reinserción social.