Estamos en plena época de terremotos, el de Taiwán alarmó al mundo, pero la pregunta es ¿Por qué ocurren?
Empecemos por definir ¿qué son los terremotos?, en una simple respuesta: son fenómenos naturales que resultan de la liberación repentina de energía en la corteza terrestre.
Dicha energía se acumula debido a la fricción entre placas tectónicas.
Cuando la tensión acumulada supera la resistencia de las rocas, se produce un movimiento brusco que genera ondas sísmicas.
Este movimiento de las placas tectónicas es originado principalmente por la convección del magma en el manto terrestre.
A medida que la sustancia caliente asciende, empuja y desplaza las placas en la superficie terrestre, lo que puede desencadenar desastres por terremotos en zonas de contacto entre ellas.
Los lugares cercanos a los límites de placas son especialmente propensos a los terremotos.
Tres tipos de límites:
Convergentes, en donde las placas se mueven una a la otra;
Divergentes, donde se separan;
Y transformantes, donde se deslizan una al lado de la otra.
Magnitud
A veces nos preguntamos cómo se define la magnitud de un terremoto, esta se mide utilizando la escala de Richter o la escala de magnitud de momento.
Ambas proporcionan una medida del tamaño del terremoto, que está relacionado con la cantidad de energía liberada durante el evento.
Los terremotos también pueden desencadenar otros desastres naturales, como tsunamis y avalanchas.
La ubicación geográfica y la estructura geológica de una región determinan su susceptibilidad a estos fenómenos.
Actualmente es imposible determinar en qué región se puede detectar un terremoto antes que suceda.
Pero los estudios permanentes darán una mejor compresión para crear nuevas tecnologías para detectar los terremotos y poder evacuar oportunamente a la población de la región por afectar.