En el mundo existe gente a la que los huesos de las rodillas les funcionan como auténticos barómetros: poco antes de que llueva empiezan a notar un dolor articular que predice con gran acierto el cambio de tiempo que se aproxima.
Sin embargo, ¿por qué ocurre esto? ¿Por qué unas personas tienen esta capacidad y otras no?
De acurdo a los reumatólogos “el cambio de tiempo no es más que un cambio de la presión atmosférica”.
Lo que, durante la lluvia, pueden afectar la presión dentro de las articulaciones, causando dolor o molestias en los huesos.
Es decir, las articulaciones son como sensores naturales de la presión. El dolor articular afecta más a las personas con alguna patología articular, como la artrosis.
Pues en patologías como la artrosis ocurre algo parecido, porque se produce una degeneración del cartílago.
Cuando esto ocurre, los barorreceptores están más sensibles a los cambios de presión.
Barorreceptores
Los barorreceptores forman parte de los múltiples y variados receptores que tenemos en el cuerpo para detectar alteraciones de cualquier tipo (una especie de monitorización natural en tiempo real).
Y como a todos los receptores, les gusta la tranquilidad: las variaciones son una amenaza para el equilibrio interno del organismo.
Por eso, cuando notan una alteración (en este caso, de la presión), lanzan su señal de alarma, que en su caso, en forma de dolor .
Asimismo, los cambios en la humedad también puede influir en la sensación de dolor en las articulaciones y los huesos.
Algunas personas encuentran que los días húmedos empeoran sus síntomas.
¿Cómo evitar el dolor?
En condiciones normales, una persona sana no debería notar los cambios de la presión atmosférica.
Por lo que los doctores recomiendan tener el máximo cuidado posible de las articulaciones.
Y para ello, “lo más indicado es el movimiento, y el movimiento pasa por el ejercicio”, explican profesionales de la salud.
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“El ejercicio es clave porque fortalece los músculos a cualquier edad, y los músculos son el refuerzo y protección que tienen nuestras articulaciones”.
Asimismo, destacan una buena nutrición como elemento que puede ayudar a prevenir la artrosis y los dolores derivados.
Aunque estas teorías son comúnmente aceptadas, aún se necesita más investigación para comprender completamente por qué algunas personas experimentan dolor en los huesos durante la lluvia.
Si experimentas un dolor persistente o severo, es importante consultar a un médico para descartar cualquier afección subyacente.