Donald Trump ya lo había anticipado durante su campaña electoral: uno de los principales objetivos de su gobierno sería sellar las fronteras de Estados Unidos y llevar a cabo la «mayor deportación» de migrantes en la historia del país.
Solo una semana después de regresar a la Casa Blanca, el presidente recién asumido ha comenzado con las deportaciones masivas de migrantes indocumentados.
El viernes, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, compartió fotos en las que se mostraba a migrantes embarcando en aviones militares para vuelos de deportación programados para este fin de semana.
México
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, informó que el país ha recibido alrededor de 4,000 migrantes deportados, en su mayoría mexicanos, provenientes de Estados Unidos.
Sheinbaum explicó que en la última semana llegaron cuatro aviones con deportados, pero destacó que esto no representa un aumento significativo en comparación con otros períodos.
«Del 20 al 26 de enero hemos recibido a 4,094 personas, la gran mayoría de ellas mexicanas (…). Hasta el momento no ha habido un incremento sustancial en las deportaciones», señaló la presidenta.
Además, recordó que existe un diálogo constante entre ambos países sobre temas migratorios y aduaneros.
«Este es un trabajo que realizamos en colaboración con el gobierno de Estados Unidos, y es algo que México lleva haciendo desde hace muchos años. Lo que pedimos es respeto a los derechos humanos», subrayó.
Se estima que un tercio de los 11 millones de migrantes indocumentados en EE. UU. son de origen mexicano.
Guatemala
El gobierno de Guatemala anunció la implementación de un plan para recibir a los deportados, que incluye la habilitación de albergues y programas de reinserción laboral, entre otras medidas.
Danilo Rivera, director del Instituto Guatemalteco de Migración (IGM), informó que, entre el 1 y el 24 de enero, casi 3,300 guatemaltecos regresaron por vía aérea desde Estados Unidos y México.
Con la llegada de la nueva administración de Donald Trump, los vuelos de deportación comenzaron el 24 de enero, cuando 265 personas fueron deportadas en tres vuelos, dos de ellos operados en aviones militares y uno en un avión chárter.
De acuerdo con el balance del Instituto Guatemalteco de Migración, los deportados incluían 154 hombres, 105 mujeres, un adolescente y cinco menores de edad.
Rivera precisó que esta dinámica continuará, por lo que se prevé una negociación para coordinar el retorno de estas personas.
Además, mencionó que actualmente se discute la construcción de un espacio para atender a los connacionales, brindarles apoyo psicosocial y evaluar sus necesidades.
El espacio servirá para el registro y la atención de los deportados, quienes recibirán apoyo a través de programas sociales y capacitación.
Brasil
El pasado viernes, un vuelo con 88 brasileños a bordo llegó a Manaos, y Brasil denunció las condiciones en las que arribaron.
«Es inaceptable que no se respeten las condiciones acordadas con el gobierno norteamericano», expresó el gobierno brasileño en un comunicado.
La principal queja fue que, según el gobierno de Brasil, algunos de los deportados llegaron al país con las manos esposadas. Al llegar, los deportados fueron liberados de inmediato por la Policía Federal.
«El uso indiscriminado de esposas y cadenas viola los términos del acuerdo con Estados Unidos, que establece un trato digno, respetuoso y humano para los retornados», señalaron las autoridades brasileñas.
El vuelo tenía como destino final Belo Horizonte, pero las autoridades de Brasil no permitieron que continuara su ruta debido al uso de esposas y cadenas, al mal estado de la aeronave (con el sistema de aire acondicionado defectuoso), y a la revuelta de los 88 nacionales a bordo, quienes protestaron por el trato indigno que recibieron.
Finalmente, la Fuerza Aérea Brasileña envió a los deportados en otro vuelo con destino a la capital de Minas Gerais, tras haberles proporcionado atención, alimentos, bebidas, colchones y duchas.
Colombia
Aunque inicialmente el presidente Gustavo Petro se negó a recibir dos aviones militares con colombianos deportados desde Estados Unidos, la posibilidad de una escalada en una guerra comercial entre ambos países llevó a que reconsiderara su decisión.
Además del aumento inicial del 25% de los aranceles sobre «todos los bienes» colombianos que ingresan a Estados Unidos, Donald Trump había anunciado que esa tasa podría elevarse hasta un 50% en una semana.
Como respuesta a estas medidas, Petro anunció en su cuenta de X que aplicaría un aumento similar a los aranceles de los productos importados desde Estados Unidos.
La razón de la negativa de Petro a aceptar la repatriación era principalmente las condiciones de los deportados, especialmente el hecho de que los vuelos fueran operados por aviones militares en lugar de civiles.
«Estados Unidos no puede tratar como delincuentes a los migrantes colombianos», escribió Petro en su cuenta de X.
El presidente colombiano exigió que las deportaciones se realizaran en «aviones civiles» y que se estableciera un protocolo adecuado, ya que, según él, «un migrante no es un delincuente».
Sin embargo, después de superar este impasse, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que Colombia acordó «la aceptación sin restricciones de todos los inmigrantes ilegales de Colombia retornados desde Estados Unidos, incluidos los que lleguen en aviones militares, sin limitaciones ni dilación».
Honduras
Las autoridades hondureñas informaron ayer que un nuevo vuelo de compatriotas deportados de los Estados Unidos arribó a Honduras ayer lunes.
Lo anterior significa que la administración de Donald Trump ya envió a los primeros hondureños deportados y según cifras del Instituto Nacional de Migración (INM) en el vuelo venían 129 personas, entre ellas mujeres y hombres.
Las autoridades no detallaron en qué Estado estaban los compatriotas ni la manera en cómo fueron detenidos por el personal estadounidense.
El avión aterrizó en el aeropuerto Ramón Villeda Morales y según fuentes confiables, los migrantes hondureños venían en una aeronave comercial y no militar.
Honduras está abierta a recibir vuelos de deportación de migrantes hondureños desde Estados Unidos, pero sin violentar los derechos humanos ni la dignidad de los migrantes, afirmó el canciller del país centroamericano, Enrique Reina. @EnriqueReinaHN
«Estamos hablando con Estados Unidos, todavía no hemos recibido ninguna solicitud. Estamos abiertos (…), nuestra propuesta inicial es el diálogo, buscar soluciones, que no sea excesivo, que no sea violentar los derechos ni la dignidad de los migrantes. Eso es lo que estamos buscando», aseveró el canciller.
El Salvador
Ahora se ha revelado que la administración Trump está trabajando en un acuerdo que permitiría a Estados Unidos deportar a migrantes que no sean nacionales de El Salvador hacia ese país centroamericano, según informaron a CBS News dos fuentes con conocimiento de las discusiones internas.
El acuerdo, conocido como «Tercer país seguro», permitiría que los migrantes sean deportados desde Estados Unidos a El Salvador, donde tendrían la posibilidad de solicitar asilo.
Durante el primer mandato de Trump, ya se había negociado un acuerdo similar, aunque nunca llegó a implementarse. Posteriormente, el presidente Joe Biden decidió rescindirlo.
Reunión extraordinaria de la Celac
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, instó públicamente a la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, en su calidad de líder pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), a convocar una reunión extraordinaria para abordar los desafíos regionales en materia migratoria y la evolución del mercado de drogas.
A través de su cuenta en la red social X, Petro enfatizó la necesidad de una respuesta unificada por parte de los países latinoamericanos frente a las políticas migratorias restrictivas de Estados Unidos.
Lo anterior, bajo la administración de Donald Trump, así como la urgencia de replantear el enfoque hacia las drogas en el continente.
Un llamado a la dignidad regional
“Nunca han tenido dignidad. Experimentémosla. Yo creo, como presidente de la Celac el año pasado, y le solicito a la actual presidenta de la Celac, Iris Xiomara Castro, que convoque una asamblea extraordinaria de presidentes latinoamericanos para examinar los problemas de la migración y la nueva configuración del mercado de drogas en América”, manifestó Petro en su publicación.
El mandatario colombiano subrayó la importancia de la unión entre los países del sur como respuesta a la exclusión por parte de los del norte. “Si no nos quieren en el norte, el sur debe unirse”, añadió.
Se estima que en Estados Unidos viven alrededor de 11 millones de migrantes en condición no regular, entre ellos siete millones provenientes de países latinoamericanos, según datos del Centro de Investigaciones Pew.