La política es una actividad compleja que implica la toma de decisiones y la gestión de intereses. En muchos países, la democracia se basa en el sistema de tres poderes: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. El Poder Legislativo es el encargado de elaborar y aprobar las leyes que rigen la sociedad. Por esta razón, el control del Congreso es una pieza clave en la estrategia política de cualquier partido.
La negociación es una herramienta clave en la política, especialmente cuando se trata de alcanzar acuerdos y lograr el control del poder. Las negociaciones ocultas son aquellas que se realizan en secreto, sin la presencia de los medios de comunicación ni del público en general. Estas negociaciones pueden ser muy efectivas para conseguir el apoyo de otros partidos y para ganar el control del Congreso. Estas negociaciones suelen implicar la promesa de cargos y beneficios para los políticos que se sumen a la coalición, es decir que se necesita hechor y consentidor.
El control del Congreso es vital para los partidos políticos, ya que les permite aprobar leyes y políticas que son importantes para su agenda. Los partidos que controlan el Congreso tienen la capacidad de controlar la agenda legislativa y de vetar las propuestas de otros partidos. Además, pueden designar a los líderes de las comisiones y a los miembros del comité, lo que les da un mayor poder para controlar el proceso legislativo.
Sin embargo, también existen riesgos asociados, una de las principales preocupaciones es la falta de transparencia y la posibilidad de corrupción. Cuando los políticos negocian en secreto, existe la posibilidad de que se hagan promesas que no se pueden cumplir o que se acepten acuerdos poco éticos a cambio de apoyo político. Otro riesgo es que pueden llevar a la polarización política. Cuando los partidos políticos forman coaliciones inestables, pueden surgir tensiones internas y divisiones que dificultan la aprobación de leyes y políticas importantes. Además, pueden crear desconfianza, lo que puede erosionar la legitimidad del gobierno y afectar la estabilidad política del país.
Para evitarlo, es necesario establecer mecanismos de rendición de cuentas y de transparencia. Éstos pueden incluir la publicación de las listas de votación y la divulgación de los acuerdos y tratos políticos que se llevan a cabo en el Congreso.
Además, es importante fortalecer los sistemas de justicia y los organismos encargados de combatir la corrupción y la impunidad. Cuando los políticos saben que hay consecuencias legales y sociales para sus acciones corruptas y sus negociaciones ocultas, es menos probable que recurran a estas prácticas para obtener el control del Congreso. Otro tema que se debe desengavetar de la agenda informativa es la llegada a Honduras de la Comisión Internacional Contra la Impunidad y la Corrupción en Honduras (CICIH), como que los distractores le funcionan bien al manipulador de todo el desorden que tenemos ahora. Las cosas huelen muy mal y si no se eleva esto de tono, iremos muy, pero muy mal.