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viernes, diciembre 6, 2024

Mujer empresaria en el exterior: ¡Sin eco en su tierra!

Llegaron para quedarse, tener éxito y cambiar el futuro propio y el de sus familias; ellas lo dejaron todo para intentarlo en otro lugar. La persona que deja su tierra para buscar mejor futuro en otro destino es un migrante, lejos del país de origen fuera de su zona de confort, sin arraigo. Cuando vemos las caravanas humanas que viajan hacia el norte en busca de mejor destino, nos topamos con un amplio abanico de personas de todas las edades, oficios y profesiones, un drama humano más que parece no tener final… Dentro de ese mar de gente, hay un grupo del que se habla poco, “la mujer migrante empresaria”.

Esas personas emprendedoras que, por circunstancias de la vida, decidieron hacer empresa en otro lugar y experimentar en otros escenarios, el vértigo, la incertidumbre empresarial, la osadía de autoemplearse para no depender de nadie y generar una actividad económica creadora de puestos de trabajo. Una misión compleja, solo a la altura de las valientes emprendedoras.

A la hora de emprender en una economía en un país desarrollado siempre hay ventajas que fomentan el emprendimiento y que no suelen existir en el país de origen, por poner algunos ejemplos, primero, el procedimiento de constitución como empresario es relativamente ágil y sencillo. Segundo, una vez constituido como emprendedora, si se tiene un buen proyecto empresarial, los bancos suelen facilitar el otorgamiento de créditos para el desarrollo del negocio. Tercero, los temas administrativos y de gestión empresarial suelen ser prácticos y pueden delegarse fácilmente, en concreto los temas fiscales, laborales y contables. Cuarto, existe una verdadera cultura empresarial y de competencia en donde la diversidad de negocios está por encima de los monopolios. En conclusión, es más sencillo establecerse como empresario, pero otras dificultades surgirán en el camino a las emprendedoras…

Dicho lo anterior y de forma opuesta, en los países de origen de las migrantes, la actividad empresarial se vuelve “un galimatías” de trámites y trampas que hacen de la actividad emprendedora sea lenta, poco competitiva e improductiva, lo opuesto a lo ya reseñado arriba. En nuestros países mesoamericanos con economías débiles, el emprendimiento es una tarea que se vuelve complicada por las trabas burocráticas y por la falta de una cultura empresarial fundada en la libre y sana competencia.

Ahora bien, en Estados Unidos, un análisis realizado en 2011 de las 500 empresas más potentes en el país de las oportunidades encontró que el 40 % de ellas habían sido fundadas por inmigrantes o por sus hijos. Más reciente, en el año 2016, dos miembros de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard concluyeron en otro estudio, que los inmigrantes en Estados Unidos no solo inician más negocios que los empresarios nativos, sino que, sus empresas también tienen más probabilidades de alcanzar el éxito y de sobrevivir en el tiempo.

El éxito de los migrantes empresarios no solo consiste en ¡facturar!, el verdadero éxito consiste en superar el racismo, xenofobia, la exclusión social y la coyuntura económica del lugar de destino para culminar de forma exitosa el emprendimiento. Estas adversidades y traumas migratorios son superados por estas emprendedoras que son inasequibles al desaliento…

Mientras tanto, en el país de origen ¿qué acontece con ellas y con el producto de su trabajo? Pues lo primero, rara vez son incluidas en los programas gubernamentales o integradas en las cámaras de comercio locales. Segundo, no son utilizadas como contraparte consultora, formadora o asesora, para aquellas personas que desean crear negocios en el exterior. Tercero. Parece que, únicamente interesan como emisoras de remesas.

En días recientes y en relación con el tema, me encontré con una interesante iniciativa del Gobierno de México dirigida a mujeres de origen mexicano con el objetivo de “capacitar y dotar de herramientas a mexicanas emprendedoras, para crear y fortalecer un negocio en el exterior, con el propósito de impulsar el empoderamiento de la mujer desde el ámbito económico y empresarial en beneficio de sus familias y en favor del desarrollo social de sus comunidades”. ¡Empresarias que promueven el desarrollo local!

A través de 4 etapas, las participantes del PCEME desarrollan o fortalecen un plan de negocios en compañía y asesoramiento de expertos en materia de negocios y emprendimiento. Desde el Instituto de Mexicanos en el Exterior, en colaboración con las representaciones consulares de México se reconoce la importancia que tienen las mujeres en el ámbito empresarial y económico de su país de residencia y de origen, mediante iniciativas que fomentan la igualdad y perspectiva de género.

Habitualmente, las inversiones en el exterior no tienen eco en el país de origen por la falta de incentivos gubernamentales, reglas claras y falta de garantía de inversión. Para que una inversión resulte positiva para ambas partes se tiene que contar con estos presupuestos, de otra forma, cualquier réplica en el país de origen y de destino está condenada al fracaso.

Para desarrollar una estrategia de acercamiento con los empresarios residentes en el exterior es preciso tener claro que las personas que dejaron estas tierras son necesarias tanto para el país de origen como para el país de acogida, si esto no se comprende no entendimos nada…. Las mujeres migrantes empresarias son un modelo exitoso empresarial. Necesitan ser tomadas en cuenta por los gobiernos y por el sector empresarial. ¡Ojalá esta iniciativa mexicana tenga eco en otros lugares!

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