Matamoros. Con la desesperación desbordada, decenas de migrantes, niños y adultos, se lanzaron este miércoles al río Bravo en Matamoros, Tamaulipas.
Dicha situación provocó la movilización de los cuerpos de seguridad de ese país para detenerlos al momento de llegar a su territorio.
Con colchones inflables y algunos salvavidas, mujeres y menores subían a la “lancha” y apoyados en las personas que también están en espera de asilo.
Pasaron el caudal que anteriormente ha provocado la muerte de centroamericanos y mexicanos que buscan el “sueño americano”.
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Desesperación total
Pese al riesgo, familias se aventuraron a nadar solo con salvavidas una vez que la primera ‘balsa’ se desinfló por el lirio que invade el agua.
Amarrados con una cuerda y acompañados de pequeños que tuvieron que soportar las bajas temperatura, lograron su objetivo.
“A veces no tenemos qué comer, aunque vienen y nos ayudan. Ya tenemos como 30 días aquí y nada que nos abren el puente”, dijo una venezolana.
Crisis migratoria
Antes de que cayera la noche, las familias continuaban con la actividad, buscando que el Gobierno de EEUU les diera una oportunidad al ingresar a la nación bajo este método penado por Estados Unidos.
“Ya tenemos más de un mes aquí y nada, los bebés se han enfermado, este frío les ha pegado mucho».
La crisis migratoria en Matamoros, en el norte de México, se ha acentuado por la falta de albergues, alimentos y servicios, mientras centenares ya habitan en la ribera del río Bravo en casas de campaña como sucedió hace algunos años atrás con el Programa de Protección a Migrantes desplegado en la era de Donald Trump. EFE