Por Jacobo Goldstein (JG) y Alberto García Marrder (AGM). Para “Proceso Digital”, “La Tribuna”, “EL PAÍS”, y “Contexto” en Honduras.
AGM: Jacobo, tenemos en nuestras manos un tema serio para analizar y aunque no sea necesario recordarlo, tenemos que mantener una neutralidad periodística a pesar de nuestros orígenes judíos familiares (tú desde Polonia por tu madre y Rusia por tu padre y yo por mi abuelo ruso-judío materno). Y precisamente cuando existe una oleada creciente de antisemitismo.
JG: El tema actual es gravísimo y debe ser tratado con cautela y neutralidad mediante el uso de suma atención y análisis de los hechos reales y genuinos. Ser judío no significa que tenemos que inclinarnos a favor del Gobierno de Israel o estar en contra del pueblo palestino. Lo que es cierto es que el antisemitismo ya se está regando por todo el país.
AGM: El tema de las protestas en universidades americanas en defensa de Palestina y denunciando el llamado “genocidio” israelí en Gaza lo podemos resumir:
1- La Policía ha tenido que desalojar por la fuerza más de 40 campamentos de estudiantes en más de 20 universidades, incluyendo a las prestigiosas de Columbia en Nueva York y la de California en Los Ángeles. Hay más de 300 detenidos, muchos de ellos infiltrados.
2- El movimiento ya se ha esparcido a Europa con protestas similares en Francia, Reino Unido, Italia y España.
3- Las posiciones de las rectoras de las principales universidades (casi todas mujeres) están en entredicho. En la de Columbia, Nemat Minoche Shafic (nacida en Egipto y con apenas menos de un año en el cargo), se le ha pedido un voto de confianza. Se le acusa de haber permitido los primeros campamentos.
4- Está claro que el presidente Joe Biden está desbordado por estos incidentes y que le va a afectar negativamente y hasta posiblemente, perder las elecciones presidenciales de noviembre ante un casi seguro Donald Trump que pregona más mano dura contra los estudiantes revoltosos.
5- No perdamos de vista que estos privilegiados jóvenes (cuyos padres han tenido que pagar una anualidad de 73,000 dólares en Columbia, sin contar la comida y alojamiento) ocupan por la fuerza los “campus” y edificios universitarios llevando como bufanda una simbólica “kutiya” palestina. Una causa justa, sí, pero no con medios violentos y sin intimidar a los estudiantes judíos.
JG: Yo estoy completamente de acuerdo que los que están marchando tienen derecho de protestar libremente, siempre que cumplan las leyes, pero no pueden violarlas con acciones sangrientas, actos de amenazar y de amedrentar a los estudiantes judíos. La Policía debe intervenir cuando las autoridades universitarias se lo pidan, pero no intervenir sin permisos y actuar por intereses políticos.
AGM: Lo peor no ha sucedido aún. En agosto se celebra la Convención Nacional Demócrata y los estudiantes quieren hacer oír su voz pro-palestina… precisamente en Chicago, donde hace unos 60 años eran las protestas por la guerra de Vietnam.
JG: Desde ya veo venir próximamente una serie de protestas gigantescas que se llevarán a cabo en Milwaukee, Wisconsin, durante la Convención Republicana y en Chicago, Illinois, sede de la Convención Demócrata, ciudad donde en convenciones políticas nacionales han tenido que aguantar fuertes protestas donde hasta corrió la sangre, especialmente en 1968 durante protestas de la Guerra de Vietnam.
No sé qué va a suceder de aquí en adelante, pero los actos en las universidades le están haciendo daño político a Joe Biden en su pelea por la Presidencia contra Donald Trump, que se definirá en las elecciones del 5 de noviembre. Mientras Biden sigue viajando por el país tratando de recuperar votos hispanos y afroamericanos, Donald Trump aprovechó el pasado fin de semana al tener día libre de su juicio en Nueva York, y convocó a seis aspirantes a la Vicepresidencia a ser su compañero de boleta, entre ellos el hispano Marco Rubio. Por otra parte, Biden sigue apoyando a su vicepresidente Kamala Harris.
AGM: La prensa estadounidense publica que las protestas no fueron tan espontáneas como se hace creer. Y que, en Columbia, por ejemplo, llevaban varios meses preparándose, asesorados los estudiantes por extremistas veteranos.
Y llama la atención cómo fueron apoyados por muchos profesores izquierdistas. Y para mí, esos jóvenes privilegiados enfundados en la cabeza y el cuello, con la simbólica “kutilla” palestina es nada más que un gesto superfluo. La lucha del pueblo palestino es más seria.