Una madre hondureña y su hijo de ocho años, murieron por sumersión mientras cruzaban el río Bravo, una zona fronteriza México-Estados Unidos.
Se trata de Jeimy Guillen, y su hijo de 8 años, quienes se dirigían hacia los Estados Unidos con la esperanza de mejorar su calidad de vida.
Ambos eran originarios de Meámbar, Comayagua, y residentes en la colonia Infop de Potrerillos, Cortés.
Tras la noticia, las expresiones de pesar se difundieron rápidamente en las redes sociales.
En este contexto, un usuario identificado como Gómez Díaz expresó su tristeza al comentar: “¡Qué pesar tan joven! Muchos de los que estamos aquí le pedimos a Dios que nos guardara en ese camino. Pero estando aquí se nos olvidó lo que un día le prometimos a Dios”.
El trágico suceso conmovió a la familia, que ahora busca la solidaridad del pueblo hondureño para repatriar los restos y brindarles una cristiana sepultura en su comunidad natal.
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Al menos 40.000 migrantes cruzaron el río Suchiate, que divide a México de Centroamérica, en la última ola migratoria, de agosto a octubre.
La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) recibió a 60.000 personas en su sistema de prerregistro, tan solo en agosto y septiembre en Tapachula.
El representante de ACNUR Manuel Nucamendi Pulido, detalló que se presume que la mayoría de ellas habían cruzado a México de forma reciente por el río Suchiate.
“Entre agosto y septiembre, Comar recibió alrededor de 30.000 personas en cada mes en su sistema de prerregistro”, indicó.
El representante de la ACNUR en Tapachula destacó la presencia de personas de Haití, Cuba y Venezuela.
Además de la fluctuación durante el año del arribo de migrantes del triángulo norte de Centroamérica: Honduras, El Salvador y Guatemala.