Por: Nahún Moreno
Economista, investigador
y académico
Históricamente las economías en los países latinoamericanos muestran un comportamiento parecido en tiempos de elecciones.
Con datos disponibles desde la década de 1980, el crecimiento promedio del PIB en años de elecciones presidenciales en países como México, Guatemala, El Salvador y Honduras es en promedio de 2.90 a 3.20 % anual y cae a una contracción promedio entre el 0.60 y el 1% en el primer año de administración.
Esta fluctuación en el crecimiento económico se explica por el gasto público. Las estadísticas promedio en los países desde México hasta Costa Rica el gasto neto promedio del sector público presupuestario (gasto total) crece en promedio 7 a 8% anual en años de elecciones presidenciales, y para el 2024 se proyecta un crecimiento real del gasto de 8%.
Esto contrasta con un crecimiento promedio del gasto total de 3.2% en años en los que no hay elecciones presidenciales.
Sobre las estacionalidades en que esto sucede el crecimiento del gasto tiende a concentrarse en la primera mitad del año, esto busca generar optimismo en los votantes y favorecer en las elecciones al partido en el poder y esto no debe generar una aversión partidista en particular pues es una constante en diferentes periodos analizados donde la alternancia del poder ha sido característica.
En años que no hay elecciones, durante el primer semestre el gasto tiende a crecer en promedio 2.5.% anual, mientras que en el segundo semestre el crecimiento es de 3% anual.
En contraste, en años de elecciones presidenciales en promedio el gasto crece 8% anual en la primera mitad del año y 5.7% en la segunda mitad.
El gasto programable, que en 2023 explicó el 72.7% del gasto total, muestra un comportamiento similar al gasto total, pero se observa un comportamiento muy diferenciado al segmentar por tipo de gasto.
El gasto corriente (que explica el 80.4% del gasto programable) en años sin elecciones muestra un crecimiento anual promedio de 3.59% en el primer semestre y de 3.61% en el segundo semestre.
Estas tasas suben en años de elecciones presidenciales a 8.11% en el primer semestre y 7.99% en el segundo semestre.
Esto también determina la desaceleración del gasto total y del crecimiento económico en el primer año de la nueva administración. En promedio, en el primer semestre del primer año del sexenio, el gasto en inversión se contrae 11% anual y en el segundo semestre crece 5% anual.
Por su parte y para una mayor referencia, en México, el gasto en inversión física, que es el principal componente del gasto en capital y explica el 15.0% del gasto programable, muestra en años sin elecciones un crecimiento anual promedio de 3.3% en el primer semestre y 3.2% en el segundo semestre, mientras que en años de elecciones presidenciales muestra un crecimiento anual promedio de 19.8% en el primer semestre y solamente de 3.8% en el segundo semestre.
Es decir, ambos tipos de gasto, corriente y en inversión física, se utilizan para acelerar el crecimiento económico, pero es mucho mayor el crecimiento en gasto en inversión física en años de elecciones.
Este análisis regional también muestra que el déficit denota un comportamiento diferenciado en años electorales. Considerando de 1993 a 2024 (presupuesto), se observa un mayor déficit presupuestario en años de elecciones presidenciales, con un déficit promedio de 1.6% del PIB, contra un déficit promedio de 1.25% en el resto de los años.
Este abordaje investigativo nos deja importantes hallazgos que nos permiten establecer una postura predictiva en materia democrática y económica sobre todo para mantener a la vanguardia el que hacer estratégico también en el ámbito empresarial y fortalecer la toma de decisiones.