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jueves, abril 25, 2024

La basura va en el basurero

Si piensa que lo digo por todas las personas que se tomarán un descanso en esta semana, tiene mucha razón. De hecho, es un hábito que me ha tomado mucho tiempo aprender y entender, ya que hay muchos lugares donde no hay cerca un basurero y toca cargarlo.

Es increíble cómo las personas producimos basura. Después de un evento, un partido de fútbol, una concentración de gente, es increíble la cantidad de basura que se deja. ¡A los recogedores les toca labor titánica, limpiando tanto desperdicio!

Pero hay muchos sitios hermosos que terminamos convirtiéndolos en basureros, pues, no hay quien recoja la basura. Las playas, los ríos, tantos lugares hermosos que contaminamos con nuestra basura. ¡Hacemos un gran bien recogiéndola, así no sea nuestra!

Pero, ¿qué hay de la basura interior?, ¿dónde la deposita? Durante la pandemia, pudimos conocer de muchas relaciones que acentuaron sus rupturas, pues no podían esconder más toda la basura que cargaban en su interior.

Celos, heridas, reclamos, enojos, facturas pendientes, resentimientos, deseos de venganza, falta de perdón, queja, murmuración, falta de gratitud, en fin, todo eso que lo hacemos parte de nuestro diario vivir, lo hacemos parte porque andamos cargando con ello a todos lados.

En lugar de soltarlo, es imposible no sentir algunas emociones, como el enojo, tristeza o decepción, pero no pueden gobernarnos de manera permanente. Muchas familias, por eso, son pleitos cada tiempo que se juntan, porque no han hablado cosas importantes.

Darse el tiempo para soltar esa basura es un trabajo duro, lo sé también, pero imagine el alivio que se siente caminar sin ese peso. En este tiempo de recogimiento espiritual, estas son algunos de los puntos que debemos ver hacia adentro y pensar. Si cargar con estas cosas nos ha convertido en personas amargadas, sin entusiasmo, oscuras y sin sentido de la vida.

Buscar de Dios y pedirle le ayude, puede marcar una diferencia también, porque quizás no tengamos con quién compartir esas cosas, que no queremos que nadie más escuche. ¡Hágalo en oración!, y suelte también eso.

La ganancia de ello es, primero que nada, una alta estima ganada nuevamente, pues uno se abre a dejarse amar. Suena práctico, pero hay personas tan molestas que ya no son capaces de recibir afecto, ¡peor de darlo! Es importante por eso examinar el corazón y ver de qué lo estamos llenando.

No cargue más cosas de las que pueda llevar. Y peor aún, equipaje innecesario que lo único que le roba es el poder disfrutar las cosas buenas que el vivir le brinda. Y quizás mi perspectiva sea demasiado optimista, pero no veo el por qué no ¡si sólo tenemos una vida!

Y si decide hacerlo, comparta su tiempo con otros. El único lugar donde debe ir la basura, es al basurero. Me ha tocado muchas veces cargar en mi mano algún desperdicio, ya que no encuentro dónde botarlo, pero jamás lo cargo por siempre.

Igual debe ser nuestro ser interior. Siempre habrá gente, eventos, noticias, lecturas, alarmas, mensajes que traten de tirarnos la basura a nosotros, si puede esquívela, pero si no, no la cargue por siempre.

Busque el momento, o el lugar más cercano para desprenderse de ella, y verá cómo, paso a paso, se siente más liviano con su ser interior. ¿Hay gente que ama la basura?, sí, y siempre habrá.

Pero que esa no sea su decisión. Si sale de paseo y encuentra basura física ¡ya sabe qué hacer! Y si es en su interior, ¡dese el tiempo de ponerla en el basurero también!

Por Enrique Zaldívar
2050 Comunicaciones

Enrique Zaldivar
Enrique Zaldivar
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