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Honduras
domingo, mayo 11, 2025

Inversiones y capital humano

En la evolución del comercio global, el nearshoring ha surgido como una oportunidad histórica, especialmente para países como Honduras que cuentan con ventajas naturales para aprovecharlo. A medida que las empresas buscan fortalecer sus cadenas de suministro y mitigar sus riesgos, los países del “Triángulo Norte” de Centroamérica se presentan como un destino prometedor para las industrias que desean acercar sus operaciones al mercado más grande del mundo, lo que nos obliga a catalizar la transformación de nuestra fuerza laboral pues de ello depende nuestro camino hacia la prosperidad.

Sabemos que Honduras cuenta con atributos que lo convierten en un territorio atractivo para las inversiones, incluyendo una población joven, nuestra proximidad estratégica a los Estados Unidos y una creciente variedad de industrias, desde textiles y agronegocios hasta manufactura y outsourcing de procesos empresariales (BPO); el país tiene un inmenso potencial de crecimiento económico. Sin embargo, para aprovecharlo plenamente, debemos priorizar el desarrollo de nuestro capital humano y evitar que este siga migrando.

Las oportunidades se presentarán con mayor contundencia en industrias como la maquila, agronegocios y BPO (call centers). Vemos una interesante oportunidad en el ámbito de las industrias agrícolas, sobre todo si se logra exportar más productos con valor agregado. Similarmente en el sector de BPO, la competencia en idiomas y la alfabetización digital son activos indispensables, especialmente ahora que servicios como diseño gráfico, mercadeo digital, servicios legales y programación, entre otros, se pueden proveer de forma remota.

Sin embargo, las capacidades limitadas de nuestra fuerza laboral, especialmente en algunas áreas tecnológicas, representan barreras significativas para el progreso y para promover al país como una opción para ese tipo de inversiones. Un socio ideal en este esfuerzo sería el INFOP, que recientemente ha anunciado algunas inversiones en infraestructura que parecen interesantes. Sin embargo, una porción desproporcionada de sus recursos sigue alimentando la burocracia en lugar de destinarse a equipos, herramientas y métodos de formación técnica.

Dichosamente contamos con un sector privado nacional proactivo que está desarrollando sus propios mecanismos de instrucción a través de diferentes plataformas que le permiten capacitar a empleados y emprendedores de todo tipo. Es así, por ejemplo, que la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés, está impulsando programas, entrenamientos, webinars y conferencias para dotar a nuestros ciudadanos de capacidades para afrontar el mundo laboral y de los negocios, incluyendo educación en temas menos comunes, pero con igual importancia, como el desarrollo de habilidades blandas. Similares procesos se desarrollan desde muchas universidades.

Complementariamente se debe buscar apoyo internacional, especialmente con el Departamento de Comercio de los Estados Unidos, para transmitirle a las empresas estadounidenses, que en ocasiones se abstienen de invertir en la zona por la falta de personal capacitado, que su participación en el mercado centroamericano contribuiría precisamente a reducir esa brecha y que, al invertir en nuestra región, ayudan a combatir el desempleo y la migración irregular.

También se deben fomentar las colaboraciones público-privadas que permitan diseñar programas para la formalización de empleos. Un programa interesante es Advance (https://www.advanceprogram.org/about-us/), que es financiado por USAID, y que apoya a las fuerzas laborales en Guatemala, República Dominicana, Jamaica y Honduras. Este reúne a partes interesadas del sector educativo y privado para identificar sectores económicos prioritarios y reforzar la educación técnica, con el propósito de satisfacer la demanda de los mercados laborales. En el caso de Honduras ha identificado los servicios de salud, turismo, cosecha de café y textiles.

Todo lo anterior, por supuesto, únicamente representa una parte de lo que debemos hacer para atraer inversiones y aprovechar corrientes como el nearshoring. Al mismo tiempo es indispensable avanzar, con sentido de extrema urgencia, en la simplificación administrativa, especialmente la digitalización de procesos, reducción y eliminación de requisitos y mecanismos de “fast-track” para grandes inversiones. Urge que se implementan más iniciativas como la Oficina Virtual anunciada recientemente por el SAR.

El desarrollo de la fuerza laboral es vital. Debemos priorizar las inversiones en capital humano y fomentar un entorno propicio para el desarrollo de habilidades e innovación, todo ello con la meta de que Honduras pueda desbloquear su enorme potencial y trazar un curso hacia un crecimiento y prosperidad inclusivos. Al hacerlo, no solo aseguramos nuestro propio futuro, sino que también contribuimos al desarrollo regional.

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