Redacción. Polly es una cabra muy especial. Afectada por varios trastornos neurológicos que complican su alimentación, acompañados de ceguera y frecuentes ataques de ansiedad, su historia parecía destinada a la adversidad.
Sin embargo, su vida dio un giro inesperado en 2016, cuando fue rescatada por el refugio Goats of Anarchy, en Nueva Jersey, Estados Unidos.
Allí, bajo el cuidado de la fundadora Leanne Lauricella, Polly no solo recibió atención médica especializada, sino que también encontró una inusual fuente de consuelo: un disfraz de pato.
Leanne cuenta en su libro infantil Polly and Her Duck Costume! cómo la pequeña cabra solía sufrir intensos episodios de pánico al salir de casa, reaccionando con llanto, carreras descontroladas y hasta lamiendo las paredes en busca de alivio.
Fue durante una compra de disfraces de Halloween cuando decidió probar algo diferente y vistió a Polly con un traje de pato.
Para su sorpresa, los efectos fueron casi inmediatos: la cabra se calmó, se quedó quieta y su ansiedad disminuyó notablemente.
Desde entonces, el atuendo se ha convertido en más que una prenda: es una especie de “abrigo emocional” que le permite a Polly sentirse segura y en paz.
El curioso descubrimiento no solo ha mejorado la calidad de vida del animal, sino que también visibiliza cómo el cariño, la creatividad y el cuidado pueden transformar profundamente la realidad de los animales con discapacidades.
Lección de empatía
La historia de Polly no solo enternece, sino que deja una poderosa lección sobre inclusión, empatía y la importancia de brindar apoyo a seres vulnerables.
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Gracias a refugios como Goats of Anarchy, miles de animales con condiciones especiales tienen hoy una segunda oportunidad, demostrando que a veces, incluso un disfraz de pato puede marcar la diferencia.
