Gracias. Con la instalación de nidos y comederos se inició la primera etapa del programa de reproducción y conservación de la guacamaya roja en el Parque Nacional Celaque.
Dicho programa es realizado por la Mancomunidad de Municipios del Parque Nacional Montaña de Celaque (Mapance-Procelaque).
Asimismo, con el apadrinamiento de la Cooperativa Sagrada Familia y los vecinos de la comunidad de Villa Verde y la asistencia técnica de Pro-Alas del Parque de Aves Macaw Mountain de Copán Ruinas.
De la misma manera, con la supervisión del Instituto de Conservación Forestal (ICF) y el apoyo de la Unidad Municipal Ambiental (UMA).
El biólogo, Nicolás Zúñiga, gerente técnico de Mapance, conversó con Diario EL PAÍS, y señaló que están muy contentos por el apoyo que han recibido para llevar a cabo este importante proyecto.
“La primera etapa ha sido la colocación de nidos y comederos ya que las guaras comienzan su reproducción en la temporada de verano”, dijo.
Igualmente, agregó: “Estamos utilizamos nidos artificiales que han sido adaptados para que se sientan en su hábitat, estos cuentan en la parte interior con escaleras para que las aves caminen sin romper los huevos, así como un repelente para evitar que las abejas los invadan. Todos estos son detalles que con el tiempo se han ido mejorando gracias a Pro-Alas, que son parte de la alianza y tienen mucha experiencia en el tema”.
Además, señaló que los comederos son fundamentales en esta etapa reproductiva que es cuando más demanda de alimentación tienen las hembras, así que, con el apoyo de los vecinos de Villa Verde, comunidad ubicada en las faldas del Celaque, que es su mayor hábitat se les brinda la dieta adecuada.
“Pero también las aves ya están identificando árboles frutales en la zona, por ejemplo, en verano se pueden observar en el parque central de Gracias, Lempira, en los árboles de acacia, en la temporada de nances se trasladan para la comunidad de Catulaca, es muy interesante como conocen la zona”, añadió el experto.
En ese sentido, agregó que la población actual es de 23 adultos más cinco jóvenes que ya comenzaron a volar. Es importante señalar que la colocación de 10 nidos no significa que todos estarán ocupados, ya que depende de cuántas parejas reproductivas hay en la zona. Para entrar en etapa reproductiva una guara necesita de tres a cinco años.
Monitoreo con equipo digital de rastreo
La segunda etapa es la colocación de anillos con rastreador GPS para monitorear las rutas de vuelo. “Donde nos reporten que han sido vistas las guaras, nos trasladaremos y una antena receptora indicará en qué sector de la montaña o aldea se ubican, al final esto creará un mapa de los sitios hasta donde vuelan, que será de mucha utilidad para nosotros”, anotó.
Plantación de árboles frutales
Y la tercera etapa del proyecto, consiste en la plantación de 20 parcelas con un total de 1,000 árboles frutales para asegurar la dieta alimenticia. Con la ruta de vuelo definida se buscarán tierras privadas o públicas para sembrar los frutales, mangos, guanacaste, acacia, nance, almendro, marañón, son sus favoritos.
“Es un proyecto con visión de un programa a largo plazo, porque en cinco años estos frutales serán árboles maduros y podrá abastecer la demanda de alimentación de las guaras, además en ese tiempo tendremos más parejas reproductivas”, manifestó.
“Días Verdes” para educar
Como parte de la conservación, desde el año pasado han trabajado con las escuelas en la parte educativa, con los denominados “Días Verdes”, actividad que consiste en invitar a niños al Centro de Visitantes de Celaque, quienes deben llegar vistiendo una camiseta de los colores de las guaras (rojo, amarillo, azul) y llevar una fruta y a cambio de esta le entregan un arbolito para que lo siembren. “Es una actividad que seguiremos haciendo con todos los centros educativos y padres de familia, porque es una forma de hacer campaña de educación ambiental y sensibilización a nivel de la población en pro de las aves y todo su ambiente”.
Lea también: Honduras se suma a acuerdo para buscar soluciones a la migración forzada en 2024
Zúñiga, comentó que este proyecto ha generado mucho interés, incluso una empresa de Tegucigalpa los contactó para colaborar con otra etapa del programa que consistiría en personal que realice vigilancia y monitoreo, para continuar con la sostenibilidad.
“Nuestro enfoque es la conservación y la parte científica, ya que con el rastreo pretendemos conocer más de estas aves y como van conquistando nuevas zonas del Parque Nacional Celaque”, concluyó.