Tegucigalpa. En un hecho sin precedentes, 46 reclusas murieron en una reyerta en el Cefas, desnudando la deshumanización de los hacinados recintos penitenciarios de Centroamérica.
El pasado 20 de junio se desataron los infiernos en el Centro Femenino de Adaptación Social (Cefas): una riña y un incendio dejaron sin vida a 46 mujeres.
Las primeras versiones dan cuenta de un enfrentamiento entre pandillas, las que ya han convertido en casi un hecho habitual.
En el Cefas había unas 1.000 reclusas cuando su capacidad es de 400, de acuerdo con los datos disponibles.
En mayo pasado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) constató en una visita el “preocupante hacinamiento” en el Cefas.
Liliana Caballero, Oficial de Incidencia del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), expresó que es una consecuensia de una omisión estatal.
“La tragedia del Cefas es consecuencia de una omisión estatal en el mejoramiento y atención de las condiciones carcelarias en el país”, afirmó Caballero.
Sobrepoblación
La población carcelaria de Centroamérica se acerca a las 197.000 personas, según la información gubernamental.
Datos recogidos por la Plataforma Mundial de las Prisiones indican que la población reclusa se duplicó en Panamá y Honduras entre 2000 y la presente década.
Este fenómeno se debe, según analistas y ONG, a un excesivo uso de la detención preventiva.
Asimismo, en el aumento de los tipos penales, además de un alza de la criminalidad.
Todos los sistemas penitenciarios centroamericanos presentan superpoblación y hacinamiento.
Cárceles en Guatemala
Citó el caso de Guatemala, donde “hay tres veces más reclusos que la capacidad de las cárceles, según los datos disponibles”.
Esto contrasta con Costa Rica, que “ha logrado reducir el hacinamiento en los últimos años, ubicándose en el 7 % actualmente”.
En 2022, Guatemala cerró con un hacinamiento carcelario del 363 %, el más alto de América Latina, según el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).
En El Salvador, el Observatorio Universitario de Derechos Humanos (OUDH) ubicó el hacinamiento carcelario en el 247,6 % a julio de 2022.
Cinco meses después de iniciada la campaña gubernamental contra las violentas pandillas que han puesto a decenas de miles de sus supuestos miembros tras las rejas.
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Según la WPB, el nivel de ocupación del sistema penitenciario de Panamá se situó en el 152,4 % a marzo pasado.
Mientras que, Honduras en 150,8 % a octubre de 2022 y el de Nicaragua en el 177,6 % a octubre de 2018.