A pesar de las incontables oportunidades desaprovechadas, Honduras aún tiene oportunidad para atraer inversiones extranjeras a través del nearshoring.
Este proceso de regionalización abre la puerta a que países cercanos a grandes mercados, como el de Estados Unidos, se conviertan en destinos preferidos para la relocalización de operaciones productivas.
En este contexto, nuestro país debe aprovechar su posición estratégica y reformar áreas clave para ser un actor competitivo en este nuevo escenario global.
Sobre este tema hemos escrito ampliamente desde el año 2021, sin mayor éxito en lograr que desde el sector público decidieran actuar con mayor sentido de urgencia y siguiendo criterios eminentemente técnicos para aprovechar esas corrientes comerciales tan favorables.
Desde entonces nos preguntamos cómo Honduras estaba ubicada con respecto al resto de la región latinoamericana y ahora ya contamos con un instrumento que nos arroja algunas luces sobre ese aspecto.
La revista Americas Quarterly publicó recientemente un estudio sobre el tema que incluye un “ranking” de nearshoring, que establece una calificación basada en cinco criterios: capacidad logística, índice de corrupción, estabilidad política, derechos de propiedad y desarrollo financiero.
La lista la encabezan Uruguay, Chile y Costa Rica, mientras que Honduras se encuentra en la posición 15.
En todos los indicadores obtenemos una calificación negativa, salvo en capacidad logística, donde, aunque la nota es baja, al menos es positiva.
Este ranking demuestra que la proximidad geográfica no es el único factor determinante en la decisión de inversión, como lo evidencia la ubicación de los países que lideran la clasificación.
El estudio también nos permite identificar áreas clave en las que Honduras debe mejorar para atraer inversión extranjera, comenzando por fortalecer la seguridad jurídica y la estabilidad financiera.
Los inversionistas buscan no solo cercanía geográfica, sino también garantías de respeto a los derechos de propiedad y un marco normativo claro y estable.
Sin embargo, las invasiones de tierras persisten a nivel nacional sin una respuesta firme del Estado, lo que, junto con un sistema judicial lento y débil, dificulta crear un entorno seguro para los negocios.
Las restricciones en la disponibilidad de divisas también debilitan el clima de negocios, especialmente para los inversionistas extranjeros.
El marco normativo enfrenta retos clave, en gran parte por la incertidumbre de una reforma tributaria que sigue sin definirse y que es acompañada por la persistente estigmatización del sector empresarial, especialmente de quienes operan al amparo de regímenes especiales como Zonas Libres y RIT.
Honduras necesita un enfoque más competitivo en incentivos fiscales, aprendiendo de países que han atraído inversión extranjera mediante exenciones temporales o reducciones de impuestos. Es fundamental crear incentivos fiscales sofisticados para sectores estratégicos y simplificar los procesos administrativos, eliminando obstáculos para las empresas.
Honduras también debe mejorar significativamente su infraestructura, especialmente puertos y carreteras. Si bien estamos geográficamente cerca de uno de los mercados más grandes del mundo, debemos mejorar nuestra capacidad logística para responder rápidamente a las demandas internacionales.
Las inversiones que modernicen nuestros puertos y sistemas de transporte será una condición indispensable para competir con otros países que ya están captando grandes volúmenes de inversión.
La preparación de nuestra fuerza laboral es otro elemento clave. Los sectores que podrían beneficiarse del nearshoring, como el manufacturero y el tecnológico, demandan una mano de obra calificada.
Para que Honduras sea competitiva, es necesario invertir en la formación técnica y profesional de nuestros ciudadanos. La educación debe alinearse con las necesidades de la industria global, promoviendo el desarrollo de habilidades en áreas como la tecnología, la automatización y la innovación.
Solo de esta forma podremos ofrecer a las empresas extranjeras el talento necesario para operar en el país. Honduras aún puede aprovechar el nearshoring, pero se requieren reformas profundas en áreas clave como el estado de derecho, la infraestructura y la capacitación laboral.
Tal como lo refleja el ranking de nearshoring, la competencia en la región es intensa, pero con voluntad política, una visión clara y la implementación de políticas estratégicas, Honduras puede aprovechar este momento histórico y construir un futuro más próspero.
El optimismo no es infundado; tenemos los recursos, la ubicación y el potencial para competir en este nuevo orden económico. Ahora, más que nunca, es el momento de actuar.