Una de las cosas por las que generalmente se juzga el desempeño de un gobierno es por las realizaciones, especialmente si cumplen las promesas de campaña y responden al menos a las más urgentes necesidades de la mayoría del pueblo. Pero, por extraño y bizarro que luzca, este gobierno merece recibir al menos una buena calificación por algo que NO ha hecho. Así como lo lee, también se pueden calificar como positivas algunas cosas que -simplemente- ha dejado de hacer. La más importante -hasta el momento- y me parece que será la máxima no realización, es la no ejecución del desaguisado proyecto de una cárcel en las Islas del Cisne. La verdad el gobierno renunció finalmente a su ejecución no por conciencia del daño que significaba, así como los exorbitantes costos de construcción y mantenimiento. Se echó para atrás porque no encontraron “un valiente que se atreviera a ejecutar la obra”. Tres licitaciones fracasadas sellaron la tumba de lo que jamás debió ni siquiera haberse considerado. Desde el principio, apenas se anunció la idea, fui uno de los primeros en denunciar las razones por las cuales no debería llevarse a cabo. En primer lugar -desde luego- había que considerar el atentado contra la naturaleza en uno de los pocos lugares en nuestro país que aún se conserva casi en forma prístina. Después, también importante y finalmente decisivo, estaba el asunto de los costos, tanto como -y especialmente- el mantenimiento. No sólo se trataba de llevar materiales de construcción, energía y hasta agua, también había que construir instalaciones para técnicos y obreros especializados que ejecutarían la obra , también había que pensar en el abastecimiento de todo, desde agua potable (que la mayoría de gente en tierra firme no disfruta), así como agua para necesidades sanitarias. Energía, un hospital para reclusos y personal a cargo, un muelle permanente y moderno para el atraque de barcos con abastecimiento y transporte de reos y personal, mejorar la pista de aterrizaje. En realidad las Islas del Cisne sólo disponen de agua salada, un poco de tierra firme y absolutamente ningún Cisne. No descarto que habían algunos soñando con el contrato de transporte de todo, esos de alianzas público privadas donde nunca sabemos quiénes son la parte privada; el Centro Cívico es un ejemplo. Se construyó a una velocidad impresionante en un país donde todas las obras públicas tardan siempre el doble de lo planeado. ¿Quiénes son los socios? ¿Estarán algunos en las cárceles de New York y otros refugiados en Nicaragua? Regresando a las Islas del Cisne, ahí no hay nada. Lo que siempre tienen es la amenaza permanente de huracanes, pensaron lo que tendrían que hacer caso de que uno les tocara directamente? Creo que después de lanzar la idea se dieron cuenta de que no sólo era cuestión de soplar y ya saldrían las botellas por el otro lado, el asunto era más complicado, mucho más complicado. Así que, finalmente, decidieron cancelar el proyecto por las dificultades que presentaba realizarlo, aunque no porque lo hayan considerado lunático, cosa que jamás admitirán. ¿Merecen ser felicitados por una obra no hecha? Sinceramente sí, aunque no por haber recapacitado -ya lo dije- pero simplemente por no cargar al país con otro elefante blanco (elefante marino en este caso). Los planes de los gobiernos deben tratar de cubrir las necesidades básicas que son: Salud, educación y seguridad. Las demás ideas “geniales” deben guardarlas en el baúl de los sueños no realizables, deben recordar que el dinero que manejan no les pertenece como para dilapidarlo, como ha sucedido todo el tiempo. El dinero es para administrarlo en nombre del pueblo y en sus necesidades, no tirarlo en quimeras. ¿Quieren hacer algo productivo y de verdad necesario? ¡ Terminen el maldito Trans 450! Libren a la capital de esas ruinas prefabricadas y doten a la población de más bajos recursos de un sistema de transporte rápido, seguro y barato! ¡ Terminen el maldito Trans 450! ¿ Va a transcurrir otro gobierno y la obra seguirá tirada? ¡Si es por el nombre, cámbienlo! Pónganle como les parezca; Transporte Libre, Bus Refundación o hasta Xiomara sí cumple, el nombre no hace diferencia. Todavía tienen tiempo en lo que le falta al actual gobierno. O lo dejarán tirado, como Ciudad Mateo, para sécula seculorum. Lo empezó el gobierno del otro partido político, ¿qué importa? A veces -cuando hace mucho calorpienso que en realidad las Ruinas de Copán no son realmente ruinas si no más bien obras no terminadas, ya que -a lo mejorConejo 18 o uno de esos no quiso concluir lo iniciado por otra dinastía. Así somos aquí en la dulce hibueras.