En medio de la creciente tensión internacional por los ataques entre Irán, Israel y Estados Unidos, Reza Pahlavi, hijo del último sha de Irán, vuelve al foco político desde su exilio en EE.UU., presentándose como una figura clave en caso de un eventual cambio de régimen en la República Islámica.
Desde su residencia cerca de Washington D.C., Pahlavi ha declarado que el régimen iraní está «en su punto más débil» tras los recientes bombardeos a instalaciones nucleares.
“Este es nuestro momento muro de Berlín”, aseguró, convocando a las fuerzas armadas iraníes a desvincularse del liderazgo religioso y “unirse al pueblo”.
Un legado marcado por el exilio
Nacido en Teherán en 1960, Reza Pahlavi fue educado como heredero al trono y entrenado como piloto de combate antes de que la Revolución Islámica de 1979 derrocara a su padre, el sha Mohamed Reza Pahlavi.
Desde entonces, vive en el exilio, primero en Egipto y Marruecos, y finalmente en EE.UU.
Aunque se autoproclamó como “Reza Shah II” en 1980, EE.UU. no respaldó su reinado simbólico.
Desde entonces ha desarrollado su vida como activista político en el extranjero, promoviendo la creación de un Irán secular, democrático y moderno, sin intención de restaurar la monarquía.
“No se trata de restaurar el pasado. Se trata de asegurar un futuro democrático para todos los iraníes”, afirmó en una entrevista reciente con la BBC.
Posición actual y llamado a la unidad
Durante la actual crisis, Pahlavi ha intensificado su discurso contra el líder supremo, Ali Jamenei, acusándolo de ser el principal responsable del deterioro político, económico y social de Irán.
Se ofrece como líder de transición nacional, no por ambición personal, sino como figura simbólica que puede unir a la diáspora iraní y canalizar un cambio pacífico.
También ha reiterado que la forma final de gobierno debe ser decidida por el pueblo, y ha abogado por medios no violentos para lograr la transición.
En 2023, incluso realizó una visita histórica a Israel, un gesto que generó controversia pero también fue visto como un intento de tender puentes internacionales.
Desafíos para liderar la transición
A pesar de su proyección internacional, Reza Pahlavi enfrenta importantes obstáculos:
- Carece de una base popular sólida dentro de Irán, debido al control del régimen sobre medios y sociedad.
- Su apellido sigue vinculado al autoritarismo del sha, cuyo reinado fue criticado por abusos a los derechos humanos y censura.
- La oposición iraní en el exilio está profundamente fragmentada y no todos lo reconocen como líder natural del proceso.
- Su acercamiento con Israel podría alienarlo de sectores nacionalistas o religiosos dentro de Irán.
Una figura entre dos mundos
Pahlavi representa para algunos una tercera vía: ni régimen islámico, ni intervención militar.
Sus defensores creen que su legado secular, sus redes internacionales y su discurso moderado pueden evitar un escenario violento como los vividos en Siria o Libia.
Con Irán aún en vilo por los ataques a sus infraestructuras y el futuro político incierto, Reza Pahlavi vuelve al escenario global, buscando posicionarse como el rostro de un Irán post-revolucionario, moderno y reconciliado con el mundo.