El padre Patricio Murphy, director de la Casa del Migrante, celebra 44 años de su carrera religiosa.
De esos años, 11 los pasó en Tijuana, la ciudad más grande en la frontera de México con Estados Unidos, donde trabajó para transformarla en un hogar para los migrantes.
De acuerdo a Murphy, la clave de su trabajo es adaptarse a la nueva realidad del fenómeno migratorio, impulsado por factores políticos, sociales y económicos que cree que los gobiernos han dejado de tener en cuenta.
“Cuando llegué en 2013 era muy diferente, éramos solamente cinco casas de migrantes atendiendo una población de la cual el 95 % eran deportados. Hoy en día, cuando entras a la casa la primera cosa que se nota es que hay muchos niños, muchas familias, y no era la realidad cuando comenzamos”, resaltó.
Sus trabajos han cambiado en medio de un aumento récord de la migración en México, donde la migración ilegal aumentó un 193% interanual en la primera mitad del año a más de 712.000, según el departamento de política migratoria del gobierno.
El líder de uno de los mayores refugios de la frontera comentó que ahora “está llegando gente de diversos países, la mayoría de ellos desplazados y refugiados, y la situación con la población de deportados se ha tornado muy triste, porque están deportando familias completas”, algo nunca visto.
“También vemos ahora gente llegando del sur de México buscando asilo, debido a las amenazas del crimen organizado, personas que dejan todo y salen sin tener idea alguna sobre cómo es el proceso y llegan aquí con una tristeza por haber tenido que dejarlo todo”, refirió.
El sacerdote dijo que “no hicieron nada bueno” durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador y dijo que “la vida de los migrantes es difícil por la presencia de la Guardia Nacional”.
Sobre el cambio de gobierno, explicó que «siempre hubo esperanza de que pudiera haber algo diferente», pero expresó dudas porque cree que Claudia Sheinbaum, quien asumirá el cargo el 1 de octubre, repetirá la fórmula de López Obrador.
“Aunque tengo una esperanza de que, si llega (la vicepresidenta y candidata presidencial demócrata) Kamala Harris en Estados Unidos, dos mujeres puedan ser mejor que dos hombres viejitos. Las mujeres tienen corazones más compasivos, y se necesitan corazones que tomen en cuenta las necesidades de las familias”, apuntó.
El mayor desafío en todos los años de trabajo es el mantenimiento de la casa. Dijo que no le gusta el llamado santuario porque allí todos somos una gran familia:
«Es una gran familia. Todos tenemos gastos familiares, pero imagina que tenemos una familia de 120 personas y el segundo desafío es adaptarnos a las necesidades cambiantes del día a día». expresó.
Asimismo, informó que de los 31 albergues que se encuentran en la ciudad, actualmente alberga alrededor de 3 mil 200 personas, llegando a las 5 mil cuando se encuentran en su máxima capacidad.