Redacción. Lo que antes parecía ser solo un sueño o una fantasía ahora es una realidad: cambiar el color de los ojos mediante un procedimiento quirúrgico es posible.
Esta novedosa técnica, que ha captado la atención de personas en todo el mundo, está ganando popularidad rápidamente, aunque no está exenta de controversias y preocupaciones sobre su seguridad.
El color de los ojos se debe al iris, un anillo de color visible a través de la córnea transparente.
Mediante un procedimiento llamado queratopigmentación, un cirujano utiliza una aguja o un láser para crear un espacio en la córnea e inyectar pigmento, cubriendo así el color original del iris.
Aunque este procedimiento no es reversible, se puede realizar un retoque si el paciente desea cambiar el tono.
Algunos médicos advierten que el color puede desvanecerse con el tiempo, lo que podría requerir un retoque adicional.
El Dr. Alexander Movshovich ha desarrollado un instrumento quirúrgico que crea un pequeño canal en la córnea para la inyección del pigmento.
Este procedimiento es comparable a un tatuaje en el ojo; sin embargo, en lugar de realizar múltiples incisiones como en un tatuaje tradicional, solo se necesita una o dos diminutas aberturas.
A diferencia del pigmento en un tatuaje, que puede desvanecerse, el pigmento en la queratopigmentación permanece fijo, ya que el Dr. Movshovich cierra los canales, asegurando que el pigmento se mantenga en un espacio aislado.
Costo de la operación
El costo del procedimiento ronda los 12.000 dólares, y al tratarse de un tratamiento cosmético, no está cubierto por el seguro.
Movshovich, quien también realiza procedimientos oftalmológicos convencionales como LASIK, cirugía de cataratas y reparaciones de retina en su consulta en Nueva York, afirma haber realizado cerca de 1.000 cirugías de cambio de color de ojos.
Sin embargo, reconoce que al principio tuvo dudas sobre la seguridad del procedimiento.
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En enero, la Academia Estadounidense de Oftalmología emitió una advertencia sobre los procedimientos cosméticos para cambiar el color de los ojos.
La Dra. Ashley Brissette destacó preocupaciones como posibles fugas de tinte, reacciones alérgicas y el riesgo de infecciones. También mencionó la sensibilidad a la luz y posibles daños en la córnea que podrían causar visión nublada o pérdida de visión.