Leandro De Souza, conocido por haber sido uno de los hombres más tatuados de Brasil, ha protagonizado una sorprendente transformación que ha capturado la atención de miles en redes sociales.
Su cuerpo, antes decorado con más de 170 tatuajes como una oda al rock y la rebeldía, hoy es testigo de una historia de redención, fe y dolor físico.
Inspirado desde los 13 años por bandas como Nirvana, Guns N’ Roses y Metallica, De Souza comenzó a tatuarse motivado por la idolatría de la época.
Pero tras una vida sumida en adicciones a la cocaína, éxtasis, LSD y alcohol, y un divorcio que lo llevó a tocar fondo, decidió romper con todo su pasado.
“Me sentía como una atracción de circo”, confesó al medio O’Globo, relatando cómo su apariencia lo convertía en objeto de espectáculo en los eventos sociales a los que asistía.
Renacimiento doloroso
El punto de quiebre llegó en 2023, cuando ingresó a un albergue municipal en Bagé y una mujer lo evangelizó. Desde entonces, su vida dio un giro radical: abrazó la fe cristiana, dejó las drogas y emprendió el doloroso proceso de eliminar sus tatuajes mediante sesiones de láser.
“Duele mucho, incluso con anestesia. Pero es el precio que pago por mi pasado”, expresó Leandro, quien muestra su evolución en Instagram ante más de 450.000 seguidores.

A pesar del sufrimiento físico —las lágrimas no han faltado en sus videos—, ha sido enfático en que los resultados han sido satisfactorios, en especial en su rostro, donde los tatuajes más visibles han comenzado a desvanecerse.
Propósito y esperanza
Actualmente, Leandro busca recuperar la custodia de su hijo de 10 años, encontrar un trabajo estable y predicar su mensaje de transformación en centros penitenciarios y hogares.
“Vivía de la carne, tenía una vida de sexo, drogas y rock N’roll”, recordó en una entrevista con Flooxernow, rememorando el contraste con su nuevo propósito de vida.
En 2023, aún con todos sus tatuajes, ganó el premio al hombre más tatuado de Brasil en la Expo Internacional del Tatuaje de Santa Rosa.
Hoy, su foco es otro: predicar con el ejemplo y mostrar que, por más profundo que parezca el pasado, siempre se puede comenzar de nuevo.