En un giro inesperado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció públicamente que su política migratoria restrictiva está afectando gravemente a sectores económicos clave como la agricultura, la hotelería y el ocio.
A través de un mensaje en su red Truth Social, el mandatario adelantó que se avecinan cambios en la estrategia migratoria, con el objetivo de contrarrestar la creciente escasez de mano de obra.
“Nuestros grandes agricultores y las personas del sector hotelero y de ocio han estado diciendo que nuestra política migratoria tan agresiva les está quitando trabajadores muy buenos y con muchos años de experiencia, y que esos empleos son casi imposibles de reemplazar”, expresó Trump.
Mano de obra agrícola en crisis
La preocupación es particularmente aguda en el sector agrícola, donde se estima que cerca del 50% de los más de 850.000 trabajadores son inmigrantes indocumentados.
De acuerdo con datos del Departamento de Agricultura, en 2023 estos trabajadores contribuyeron con aproximadamente 89.900 millones de dólares en impuestos, subrayando su rol crucial en el funcionamiento del sistema alimentario del país.
Con el endurecimiento de las redadas y operativos del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), miles de trabajadores han abandonado sus puestos o se mantienen ocultos por temor a ser detenidos.
Esto ha provocado retrasos en las cosechas, pérdidas millonarias para productores y una creciente presión sobre las cadenas de suministro alimentario.
Redadas y temor paralizan el campo
En los últimos días, ICE ha intensificado su ofensiva con más de 2.000 detenciones diarias, superando ampliamente el promedio de 630 que se mantenía hasta mediados de mayo.
Esta semana, al menos 70 personas fueron arrestadas durante una redada en una planta cárnica en Omaha, Nebraska, mientras que también se reportó la presencia de agentes federales en campos de recolección de arándanos en Tulare, California.
En respuesta al clima de tensión, el presidente Trump ha ordenado el despliegue de la Guardia Nacional y elementos del Cuerpo de Marines para resguardar a los agentes del ICE y la propiedad federal, especialmente en ciudades como Los Ángeles, donde se han reportado manifestaciones masivas en rechazo a las detenciones.
Posibles reformas y contradicciones
Aunque Trump no detalló qué medidas adoptará para resolver la crisis laboral, deslizó que una posible solución podría incluir cartas de respaldo de empleadores para evitar la deportación inmediata de ciertos trabajadores indocumentados y abrir la puerta a procesos de legalización selectiva.
Sin embargo, esta posible flexibilización choca con su propia política de “cero tolerancia” y con la reciente intensificación de deportaciones, promovida por su asesor Stephen Miller y la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, quienes apuntan a una meta de más de un millón de deportaciones al año.
Polarización política y consecuencias económicas
La postura del presidente ha exacerbado las divisiones políticas, especialmente en estados como California, donde el gobernador Gavin Newsom ha denunciado la militarización de las operaciones migratorias y el impacto negativo sobre la economía estatal.
Líderes del sector agrícola y empresarial han alzado la voz, advirtiendo que sin mano de obra inmigrante, muchas industrias esenciales podrían colapsar.
Mientras tanto, las comunidades inmigrantes viven entre el miedo, la incertidumbre y la esperanza de una reforma que reconozca su contribución real al país.
Con la campaña electoral en curso y el sistema productivo bajo presión, Estados Unidos enfrenta una encrucijada: proteger sus fronteras o salvar sus cosechas.
DeSantis aprueba arrollamientos y sheriff amenaza con matar a quienes protesten