A pocos días del inicio de una de las temporadas de huracanes más activas previstas para el Atlántico en los últimos años, Estados Unidos ha generado preocupación internacional al anunciar que dejará de compartir información satelital crítica utilizada para predecir la intensidad de los huracanes.
El retiro de estos datos está programado para este lunes 30 de junio, según confirmaron la Marina de Estados Unidos y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
La medida afecta directamente al Programa de Satélites Meteorológicos de Defensa, cuya tecnología ha sido vital para monitorear el desarrollo interno de las tormentas.
Una herramienta clave en riesgo
Los sensores de este sistema militar permiten observar más allá de las nubes superficiales, ofreciendo imágenes del interior de los ciclones, identificando fenómenos como el reemplazo de la pared del ojo y detectando cambios rápidos en la intensidad del sistema.
Esta capacidad fue esencial, por ejemplo, en 2024, cuando ayudó a anticipar el fortalecimiento repentino del huracán Milton, así como del mortal huracán John.
“Cuando se interrumpa el flujo de datos, la capacidad de ver a través de las nubes para observar la estructura interna y la organización de un ciclón tropical se verá afectada negativamente.
Será más difícil y llevará más tiempo hacer los pronósticos”, advirtió James Franklin, ex jefe de pronósticos del Centro Nacional de Huracanes (NHC).
Consecuencias en medio de un clima cambiante
La decisión se produce en un momento crítico: el cambio climático está favoreciendo la rápida intensificación de los ciclones, fenómeno que ya representa un reto para la planificación y respuesta ante emergencias en zonas costeras.
Hace apenas una semana, el huracán Erick fue pronosticado con precisión por el NHC gracias a estos datos, anticipando su fortalecimiento antes de impactar la costa del Pacífico mexicano. Sin esa información, este tipo de aciertos podrían volverse más escasos.
Aunque la NOAA ha asegurado que mantiene un “robusto conjunto de herramientas” para el monitoreo climático, incluyendo aviones cazahuracanes y otros satélites civiles, expertos advierten que ninguno de estos instrumentos sustituye por completo al sistema militar que se dejará de utilizar.
Incertidumbre de cara a la temporada 2025
La interrupción de estos datos podría afectar a países del Caribe, América Central y el sureste de Estados Unidos, donde cada minuto cuenta a la hora de evacuar o reforzar infraestructuras antes del paso de un huracán.
Para los meteorólogos, se trata de una pérdida estratégica que puede comprometer la precisión de los modelos y poner en riesgo a millones de personas.
Mientras tanto, crece la presión sobre las autoridades científicas y de defensa para encontrar una solución que restablezca o sustituya adecuadamente esta capacidad de observación crítica.