La sabiduría popular es tan tajante que cuando nos advierte “zapatero a tus zapatos” no se requiere mayor explicación. Se supone que, en Honduras, el Ministerio de Relaciones Exteriores (le han agregado ahora una coletilla al título) y Cooperación Internacional, delegada la función de manejar esta secretaría al señor Eduardo Enrique Reina, y que tiene como misión –según la misma página web oficial estatal-: “Somos la institución del Estado, responsable de gestionar las relaciones políticas bilaterales, multilaterales, económicas, culturales y de cooperación internacional del país. La protección de los hondureños en exterior y la reinserción de los hondureños retornados, la defensa jurídica internacional de la soberanía y límites fronterizos y el impulso de nuestros intereses en el ámbito internacional”.
No deja de sentir uno dos cosas: estupor y coraje. El señor Reina parece que se ha ido, según el argot futbolístico, “por las bandas”, donde las políticas bilaterales y todo lo demás enmarcado en la misión, se va al resumidero del olvido. El señor Reina está provocando el caos, propiciando la desunión de la familia hondureña al ponerse a –literalmente- ofender la dignidad de sacerdotes católicos que representan a la mayoría del pueblo hondureño a quien se deben él y el aparato gubernamental completo.
El arzobispo de San Pedro Sula, Miguel Lenihan, ha manifestado lo que percibe desde su misma grey el dolor del mismo pueblo que sufre por las burlas de los que nos gobiernan hoy, con injusticias “legitimadas” con el pisoteo de la ley, con burla colosal al tener un Congreso Nacional que no sesiona y sí cobra jugosos sueldos más otras “prebendas” convirtiendo eso en dinero sucio, fruto del parasitismo de siempre y ahora más descarado. Y sí, se demuestra con la respuesta exagerada del señor Reina que sí están sordos, se hacen los sordos, como aquella frase “no se oye, padre” cuando se demuestra desinterés y burla.
Sabemos de la trayectoria académica y profesional del señor Reina y no entendemos al ser miembro de una de las familias más prominentes de la historia de Honduras, venga ahora a defender lo indefendible y literalmente a abrir las puertas del infierno de la discordia y peor en la época navideña. “Si callamos, las piedras hablarán”, frase bíblica recogida del Evangelio de San Lucas 19, 40, que invita a denunciar la injusticia y proclamar la buena noticia. Esa es la misión que da el compromiso por Honduras y dejarle ver como Juan el Bautista a Herodes, la verdad a los gobernantes, sin miedo a nada. El señor Reina debe ser advertido de manera fraterna de su equivocación, que nadie les teme si eso es lo que quieren sembrar, hay un pueblo que le va a responder y a cada persona que se ponga a ofender a quienes le representan de verdad, no de mentiritas.
Sigue ahora con el padre Roberto Páiz, al seguir con las ofensas contra todo lo que huela a cristianismo, ¿quieren implantar al modelo del matrimonio Ortega-Murillo de Nicaragua aquí en Honduras?, ¿eso es?, ¿van a encarcelar a los cristianos como lo hacía el Imperio Romano y en las tiranías actuales?, ¿van a surgir nuevos Nerones y Calígulas?, ¿por fin se les dará trato digno a nuestros hermanos migrantes? Donde reina el caos no hay frutos de prosperidad. Otra frase bíblica: “Todo reino dividido, no prevalece”, (San Mateo 12:25).