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sábado, mayo 18, 2024

Diputados camaleones

Con baños de santidad que se dan algunos funcionarios en cargos de elección popular, como el caso de los diputados del Congreso Nacional, realmente dejan muchas dudas que, a su vez, crean muchas más. No es ninguna novedad de cómo, de manera fresca, campante, renuncian a sus propias bancadas dentro del Poder Legislativo, sin que haya alguna corrección por la vía de la ética e incluso, del cuestionamiento moral del asunto, aunque eso es muy delicado pues nadie se escapa de tener techo de cristal.

En el pasado hemos tenido casos semejantes, como el del entonces diputado Eduardo Coto, de la misma designada presidencial actual, la señora Doris Gutiérrez (por cierto, ambos hasta de partido se han cambiado), y la novedad que no sorprende, pero sí da grima, es el caso actual de la honorable congresista Ligia Ramos, sí, la misma que argumenta que merece ganar más alto sueldo por “pegarse grandes macaneadas”, ¡habrase visto! Cada quien sabe de sus motivaciones, pero también se debe tomar en cuenta para el futuro y reglamentar, para la salud democrática nuestra, este tipo de saltos de trapecista, de cambios de color como si fueran camaleones para mimetizarse en la selva de las conveniencias, quién sabe de qué tipo.

La lista es amplia de nombres de diputados, en su momento, que han hecho lo mismo, pero aquí la pregunta que cabe es hacia dónde nos lleva el actual gobierno que está errando una y otra vez, atentando contra la misma democracia que les dio paso, abusando con leyes como la de la amnistía ante evidentes delitos fácilmente comprobables por un aplicado estudiante de Derecho de primer año de universidad. Puede ser que algunos de los aludidos lean estas líneas y simplemente se encojan de hombros y sigan con su tropel, pero saben que su hora habrá de llegar, es algo ineludible, jamás se podrá sortear con la misma sorna esa realidad, pues eso está en la memoria popular, por mucho que la izquierda radical siga avanzando apoderándose de la cultura, los medios, la educación y demás herramientas.

La conducta irresponsable contra quienes les dieron el voto para que ocupen una curul y les represente en sus intereses, comunidades enteras que confiaron en estos seres con esperanza, pero con esas “renuncias convenientes” esos -entonces aspirantes-les han dado la espalda a su propia gente, se han burlado de los que fueron temprano a marcar las casillas debajo de sus retocadas fotografías (cosa que también se debería prohibir) y ahora con la frescura de las lluvias de noviembre, hacen esos actos realmente despreciables.

El letargo de más de 200 años es profundo, pero ahora se siente un aire de despabilamiento, como si aquella india virgen y dormida, aludiendo a las sagradas letras de nuestro Himno Nacional, se estuviese ya despertando de ese secular letargo. No hay propuestas de anteproyectos de leyes, no se sesiona entre los colegas diputados para resolver un problema cíclico que causan las lluvias, no hay represas aún y solo nos dicen que hay estudios, se adhirieron a un banco de dudoso proceder, pero esa gente que llega allí, en vez de renunciar y volverse “independientes” y que aún siguen recibiendo sus jugosos salarios de haraganes, mejor deberían renunciar al Congreso Nacional, o despedirlos, y hacérseles los reparos por los sueldos devengados, ah, y sin prestaciones, por muchas “macaneadas” que se hayan pegado.

EditorialDiputados camaleones

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