La inteligencia artificial está abriendo una puerta insospechada en la relación entre humanos y animales: la posibilidad de comprender lo que nuestros gatos intentan decirnos.
Investigadores y desarrolladores están utilizando algoritmos de aprendizaje automático para analizar vocalizaciones felinas, revelando un sistema de comunicación mucho más complejo y variado de lo que antes se pensaba.
Aplicaciones como CatSound y MeowTalk ya han alcanzado hasta un 96 % de precisión al identificar maullidos relacionados con emociones o necesidades básicas como hambre, aislamiento o alegría.
Pero los esfuerzos no se detienen ahí. Nuevos modelos de IA están clasificando más de 40 tipos de sonidos felinos, e integrando datos biométricos y comportamentales para interpretar los estados emocionales de los gatos con una precisión cada vez mayor.
“Estamos empezando a mapear el mundo emocional y social de los gatos con un detalle sin precedentes”, señaló uno de los desarrolladores detrás del proyecto MeowTalk.
Estos sistemas trabajan analizando espectrogramas (representaciones visuales del sonido) y observando gestos físicos y señales fisiológicas, lo que permite un enfoque más holístico para entender cada ronroneo, maullido, gruñido o chillido.
Aunque algunos expertos advierten sobre los límites de esta tecnología —rechazando la idea de un «traductor universal felino»— reconocen que estas herramientas ofrecen una visión más profunda de cómo los gatos domésticos han adaptado su forma de comunicarse con los humanos a lo largo del tiempo.
En vez de tratar de “hablar gato”, la inteligencia artificial está ayudando a los humanos a escuchar con mayor precisión lo que sus mascotas podrían estar tratando de decirles desde hace siglos.