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martes, abril 23, 2024

De la necedad al altruismo

Después de culminar la presente semana que, aparte de sentir que se fue como agua entre los dedos, fue como un tobogán de espectáculos, más para el olvido que para celebrarlos en especial en el acontecer de la administración pública y el permanente tono de los famosos “tapazos” entre quienes nos gobiernan. AL final todo, debemos convencernos, que es un sueño, tal como nos lo dice don Pedro Calderón de la Barca, cuando nos advierte en su poema “La vida es sueño”: “Es verdad, pues: reprimamos esta fiera condición, esta furia, esta ambición, por si alguna vez soñamos. Y si haremos, pues, estamos en mundo tan singular, que el vivir solo es soñar; y la experiencia me enseña, que el hombre que vive, sueña lo que es, hasta despertar”.

Y si repasamos un tanto curiosos el rey Salomón nos entrega la contundente sentencia que todo es vanidad de vanidades, porque cualquiera puede pensar en dejar seguros a sus descendientes y de eso no tenemos ninguna objeción, pero la mejor manera de dejarlos en buenas condiciones a la hora que seamos llamados (como nos dice San Francisco de Asís) por la “Hermana Muerte” a comparecer ante el Tribunal Eterno, simplemente es haberles dado el legado de la fortaleza de espíritu, del valor de la honradez y el amor al trabajo, el respeto a los demás y siempre ser solidarios, porque a esa persona que hoy despreciamos, sus hijos mañana pueden ser socios de los hijos de uno.

Al final de nada sirvió, todos hemos sido testigos de otras épocas y hemos visto de cómo grandes fortunas se han ido –literalmente- por las alcantarillas por los descendientes que han hecho pasto del malgastar todos los bienes materiales que se pudieron conquistar, donde no sirvió de nada haber navegado en las alturas del éxito y del boato de quienes amasaron tales patrimonios, al final nadie se lleva nada.

De todo lo que hoy nos quejamos, del arribista que llega a planos con bandera de políticos (que, por cierto, no lo son), de quienes se han encumbrado y han confundido la investidura diga que les ha entregado el pueblo con el voto con una vestidura blindada para saquear y pelear con los demás, amparados en esa supuesta infalibilidad y “voz autorizada” para despotricar contra sus semejantes. Vaya tremenda pérdida de tiempo, solo es de apenas recordar en especial a quienes han pasado por el sumo poder del país, hoy ya solo han quedado en el recuerdo en el corazón de sus familias y solo se les recuerda en casos como este para hacer una cita histórica, pero tal como nos lo refiere don Francisco de Quevedo en su silva “A los huesos de un rey que se hallaron en un sepulcro”: “Sirva la libertad de las naciones / al título ambicioso en los blasones; / que la muerte, advertida y veladora, / y recordada en el mayor olvido, /  traída de la hora, / presta vendrá con paso enmudecido, / y herencia de gusanos / hará la posesión de los tiranos”.

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