Nicaragua rompe relaciones con Brasil. Antecedentes: El pasado 8 de agosto, el embajador de Brasil en Nicaragua, salió del país expulsado, de acuerdo con la versión oficial, “por no asistir al acto de celebración del 45 aniversario de la revolución sandinista el pasado 19 de julio”. “En reciprocidad, el Gobierno de Brasil decidió expulsar a la embajadora de Nicaragua”.
En el pasado, Lula ha tenido una estrecha relación con Ortega. En 1980 el brasileño viajó a Managua al primer aniversario de la revolución sandinista. Fue allí que conoció personalmente al entonces presidente cubano, Fidel Castro. Pero esa cercana relación, de camaradería, de mutuos alabos, cumbos y piropos, entre compañeros de viaje, se ha deteriorado en los últimos meses. Se dice que a consecuencia de la “persecución política” que el régimen nicaragüense mantiene sobre antiguos sandinistas y religiosos.
En una rueda de prensa, el mes pasado, con corresponsales extranjeros en Brasilia, Lula se quejaba que “Ortega no le atendía las llamadas telefónicas, desde que el papa Francisco le pidió abogar por la situación del obispo detenido en Nicaragua”.
A continuación, reproducimos textualmente, la embestida de Ortega a su antiguo socio: “Un día que fue a visitar el Papa, Lula. Después llamaron de la Cancillería brasileña y pidiendo que él quería hablar conmigo porque tenía un mensaje del Papa. Lo primero, si el Papa, que es un Estado, que está claramente a favor del imperio, quiere comunicarse con nosotros, lo puede hacer”.
“Continuamente nos comunicamos con ellos, con el canciller Parolín, ya varias pláticas se han tenido con él; y se habla con toda claridad”. “No necesitamos intermediario nosotros, ni le pedimos que fuera intermediaria, entonces, no le respondimos y se molestó”. “Fue a una entrevista y le preguntan que ¿por qué el dictador después que había sido revolucionario se había convertido en otro Somoza?”. Él responde que: “efectivamente él ya no es lo que fue antes ahora es otro dictador”.
“¿Qué te podría decir Lula, ya que vos has hablado esto públicamente?”. ¿Y vos cuántos períodos llevás de gobierno; parece que te gusta ser presidente?”. Y de esa presidencia de ese gran país, que es Brasil, crees convertirte en el representante de los Yanquis en América Latina”. “Por eso rompimos relaciones con Brasil y la forma en que te has comportado Lula ante la victoria del presidente legítimo de Venezuela es una forma vergonzosa; repitiendo la consigna de los Yanquis, de los europeos, de los arrastrados, de los gobiernos arrastrados de América Latina”.
“Te estás arrastrando Lula, te estás arrastrando Lula”. “Y no me digas que tus gestiones fueron extraordinarias”. “Sí fueron extraordinarias, en algunos campos, cuando fuiste presidente por primera vez”. “Pero recordá también los alborotos, los escándalos, los “lava jatos”. “Acordate bien, aparentemente no fueron gobiernos muy claros, muy limpios”. “Y te podría mencionar una docena de cosas más”. “Si querés que te respete, respétame, Lula”. “Si querés que te respete el pueblo bolivariano, respeta la victoria del presidente Nicolás Maduro y no andés ahí de arrastrado”.
(Para que veás –tercia el Sisimite– esas bañadas entre compadres. Si más bien el trío negociador (el brasileño, el colombiano, y el mexicano que va rumbo a otro “Leviatán de Leviatanes”, para dejar chiquita la dorada época de la “dictadura perfecta” del PRI) lo que quieren es embrocar a los opositores que ganaron las elecciones en Venezuela a otra plática inútil con los que perdieron –igual a todos los otros diálogos fracasados que tuvieron en el pasado– permitiendo a la autocracia eternizar.
Darle todo el espacio necesario que le faculte ganar tiempo, oxigenándose, en pláticas mentirosas –mientras espanta, atemoriza, reprime, golpea, encarcela, destierra y asesina venezolanos– hasta conseguir que la “preocupada comunidad internacional”, por cansancio, aburrimiento, abulia, desinterés o impotencia, incapaz de hacer algo de ver, dé la espalda a las atrocidades y voltee a ver a otro lado. -Es que –ironiza Winston– las apariencias engañan.
¿Y vos que pensabas, esos eran lobos de la misma loma? Moraleja: Las dictaduras no consienten la caricia de las verdades, ni siquiera que el aire los roce. -¿Y supiste –vuelve el Sisimite– que el mexicano anunció “una pausa” en las relaciones con los embajadores de Estados Unidos y Canadá, por sonar las alarmas sobre la reforma judicial en curso para someter el poder jurisdiccional a control del Ejecutivo?
-Ajá –ironiza Winston– y ese celo por la “no injerencia”, ¿qué pasaría que no dijo ni pío cuando Trump lo amenazó con sanciones arancelarias si no detenía de tajo las caravanas de inmigrantes, lo obligó a negociar otro TLC más desventajoso para México y repetidamente lo increpaba que de ahí se cobraría el costo del muro fronterizo que estaba construyendo?).