Las especiales características de un valioso pensamiento, no tienen interrupción alguna, ni mucho menos mal intencionada, porque son una preparación detallada con esfuerzos de cuidadoso molde y de rígida elaboración, desprovistas de acciones condicionales sujetas a un estricto movimiento inspirado, moldeado y complejo de gran valía y posteriores consecuencias.
No hay una congelación del molde, sino que, por el contrario, una efervescencia por el paradigma, caldeado en las inapreciables palabras que el repentino momento reclama, con resplandor de la gloria y el esfuerzo por el memorable, como célebre triunfo que rubrica el símbolo naciente de nuevas y mejoras rutas de progreso y bienestar general. En suma, hay una sagrada obligación y una sustancial facultad de servicio a la Patria, y por ende, y con mayor intensidad al pueblo hondureño, tomando en cuenta los problemas generales de inestimable interés que instituyen la ineludible búsqueda de una solución prioritaria a los grandes y también numerosos problemas nacionales.
Tenemos que descartar la mentalidad o razón porcina, el desagradable servilismo y el indigno agrado administrativo u oficial, mismos que sirven de satisfacción y hacen posible su basurero y vertedero, propicio a germinar el accionar inmoral, deshonesto y odioso de la corrupción, muestra infatigable de los seres mediocres, anodinos o grises que desequilibran la misión de los empleados, servidores públicos y algunos otros grupos de la denominada empresa privada. No podemos dejar de desconocer algunas obras y la enorme labor que realiza el Gobierno actual en el campo de la Salud, la Educación, El Arte, La Cultura, las acciones encaminadas al Dialogo Cívico y la Conciliación Nacional, sin restricciones o barreras de ninguna especie o particular género. En otros términos, se trata de borrar la imagen desalentadora que se nos atribuye o imputa en el Extranjero. Existe la necesidad de impulsar programas de importancia nacional y de progreso social y económico, pero siempre señalando errores y fundamentales equivocaciones.
Tiene que concurrir un libre juego de ideas y agradables posiciones, manteniendo siempre una tolerancia en cuanto a las agrupaciones políticas e institucionales, gozando además de todas las garantías y derechos constitucionales, que permitan el acceso legal a las fuentes de información, sin que se coarte o confine por egoísmos personalistas e intereses mezquinos el sagrado principio de la imparcialidad y algunos otros no menos importantes. Hay que mantener inmejorables condiciones hacia un fundado ideal y verdadero mejoramiento en la comunicación de ideas por los diversos Instrumentos de Información General, demostrando una genuina e invariable operación administrativa que demuestre la mutua compresión entre Gobierno y Pueblo y el respeto por las Entidades Internacionales.
La forma anteriormente planteada representa una posición de imparcialidad y construye simpatía popular.
Esta digna posición diseñada incorpora una particularidad elemental de un Gobierno Democrático, Representativo y Republicano.