En una votación sumamente cerrada (215 a favor y 214 en contra), la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este jueves el ambicioso plan fiscal impulsado por el presidente Donald Trump, que incluye una de sus medidas más controversiales: un impuesto del 3.5% a las remesas enviadas por residentes extranjeros a sus países de origen.
La propuesta, oficialmente llamada “One Big Beautiful Bill Act”, contempla también extensiones de exenciones fiscales previas, recortes de impuestos a empresas e individuos, además de aumentos sustanciales en el gasto militar y en seguridad fronteriza.
Uno de los puntos más sensibles es el nuevo impuesto a las remesas, que afectará principalmente a países de América Latina como México, Guatemala, El Salvador y Honduras, cuyos ciudadanos encabezan el envío de dinero desde EE.UU. hacia sus países.
Inicialmente planteado con una tasa del 5%, el impuesto fue reducido al 3.5% tras recibir fuertes críticas de gobiernos extranjeros y del sector financiero. Aun así, la medida ha provocado una ola de preocupación.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, calificó el gravamen como “una injusticia” y “discriminatorio”, argumentando que representa una forma de doble tributación para los migrantes mexicanos que ya contribuyen fiscalmente en Estados Unidos.
Según datos del Banco de México, el país recibió más de 64,700 millones de dólares en remesas durante 2024, equivalentes al 3.5% de su Producto Interno Bruto (PIB), por lo que cualquier medida que reduzca ese flujo podría tener efectos significativos en la economía nacional y en millones de familias.
Además del impuesto, el plan fiscal propone recortes al gasto público, restricciones en programas de asistencia como Medicaid y Medicare, e inversiones en infraestructura de seguridad fronteriza y políticas migratorias más estrictas.
El presidente Trump celebró la votación en redes sociales y pidió al Senado, de mayoría republicana, que actúe con rapidez para aprobar la ley antes del 4 de julio, fecha en la que busca promulgarla como parte de las celebraciones del Día de la Independencia.
De ser aprobado, el nuevo impuesto a las remesas entraría en vigor en 2026, afectando a millones de migrantes que regularmente envían dinero a sus países de origen para sostener a sus familias.
Gobiernos latinoamericanos, organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes y analistas económicos han expresado alarma por el posible impacto de esta medida en las comunidades más vulnerables de la región.
Propuesta de Trump de gravar remesas internacionales con 5% afectaría a Honduras