En Potrerillos, Cortés, al norte de Honduras, la vida de una joven de 28 años llamada Norely Ayala se apagó de manera trágica y brutal.
Ayala fue hallada sin vida y con el rostro desfigurado, luciendo solo su ropa interior, en una de las solitarias avenidas del vecindario.
De acuerdo con datos preliminares, Norely Ayala volvía de una larga noche de trabajo en una discoteca cuando fue sorprendida por un atacante.
Ayala deja atrás a sus dos adoradas hijas. Su esposo reside actualmente en Canadá.
En redes sociales, Norely Ayala compartía fotos con sus hijas, las más recientes fueron del desfile, en dónde su hija mayor participó como alumna sobresaliente.
Los hallazgos en la escena revelaron que la víctima mostraba numerosas contusiones en su rostro, y se sospecha que el fallecimiento podría haberse producido a raíz de un estrangulamiento.
La Policía Nacional llegó al escenario del delito con la misión de desentrañar los hechos y llevar ante la justicia a quienes cometen tales atrocidades.
Este caso eleva a más de 174 mujeres asesinadas en lo que va de 2024, según información del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH).
De estas muertes, más del 95 % permanecen impunes, lo que resalta la urgencia de implementar políticas efectivas de prevención y justicia, destacó Ayestas.
Pese a una leve disminución en comparación con el año anterior, la alarmante cifra evidencia la grave crisis de violencia de género que azota a la nación.
Una de las estrategias sugeridas para enfrentar estas muertes, es que las autoridades hondureñas adopten medidas más efectivas y con un enfoque de género para abordar la problemática, según la organización.
