«Esto no se lo deseo a ningún padre», dijo con profundo dolor, Johny Flores papá de las hermanas que fallecieron en el accidente aéreo de Roatán.
Johny Flores espera en las afueras de la morgue sampedrana, donde fueron trasladados los cuerpos de sus hijas Andrea Flores de 8 años y Angie Flores de 18 años.
Las hermanas Flores vivían en La Ceiba con su madre y viajaron a la isla de Roatán para solicitar unos documentos de estudio que necesitaba Angie para ingresar a la universidad.
«Generalmente era yo quien venía a visitarlas, pero en esta ocasión ellas fueron por los documentos y para compartir conmigo», expresó el padre.
Según explicó, él es originario de La Ceiba, pero trabaja en Roatán, en un tiempo sus niñas también vivieron allá, pero luego se divorció de su madre y por eso ellas vivían en La Ceiba.
Con el corazón partido indicó que él trabajaba por su hijas, que eran su alegría de vivir.
Los últimos momentos compartidos, disfrutaron mucho, comieron y pasearon por la isla en auto, luego él las fue a dejar al aeropuerto para que abordarán y regresarán con su mamá.
Sin embargo, la aeronave en que se viajaban se precipitó al mar Caribe poco después de su partida dejando como saldo 12 personas muertas.
La madre de las jovencitas, Doris Hernández, devastada por esta tragedia, mencionó que sus hijas eran niñas muy buenas y alegres, que se congregaban en la iglesia y participaban en el grupo de danza.
De igual manera, dijo que eso le daba consuelo, porque sabía que estarían en el cielo con Dios.
A su vez, envió un mensaje a los jóvenes, instándolos a buscar a Dios. «Los jóvenes deben buscar de Dios, porque así tienen su vida asegurada con Dios», concluyó.